SAN MIGUEL. Desde hace muchos años, los taxistas diseminados en la ciudad migueleña han trabajado en puntos que han sido tomados por ellos como lugares estratégicos para encontrar clientes, pero que nunca fueron registrados legalmente para poder funcionar.
Esta situación ha generado que muchos se ubiquen en lugares donde el paso vehicular es pesado, generando graves problemas de tráfico en la ciudad.
Pero lo peor es que las autoridades del Vice Ministerio de Transporte (VMT) conocían sobre el problema y, durante años, no hicieron nada para solventarlo.
Sin embargo, ahora buscan reivindicarse, pues están ejecutando un plan de ordenamiento del transporte selectivo, con el que tratan de ubicar los puntos de taxis existentes en toda la ciudad, clausurar los que están en zonas no adecuadas y abrir otros donde no obstaculicen el libre tránsito.
Precisamente el VMT ha contabilizado, en las últimas semanas, al menos unos 19 puntos de taxis que, en algún momento, fueron legales pero que nadie se encargó de mantener en regla; no obstante, el número es más alto, pues existe otro buen número de taxis que se ubica en zonas prohibidas, entre ellas los ejes preferenciales.
En la ciudad existen registrados por el VMT, 150 taxistas que han operado sin orden porque nadie se los exige.
Gaspar Portillo, jefe regional del VMT, indicó que “con la idea de dar mayor confiabilidad a las personas que hacen uso del transporte selectivo y ordenar a este rubro del transporte, estamos ubicando los puntos que tienen y señalizaremos”, indicó.
Varios taxistas, por su parte, indicaron que están de acuerdo con la legalización de los puntos, pero esperan que no los ubiquen en zonas donde sus clientes no los puedan encontrar.
“Por ahora, en la zona de El Triángulo está prohibido ponerse; y en noviembre nos colocaron una señal donde se nos prohibe, pero pedimos permiso para mantenernos acá hasta que nos señalicen los nuevos puntos”, indicó Manuel Navarro.
Carlos Lozano, otro taxista, sostuvo que “nosotros no nos hemos reunido con el VMT, pero estamos de acuerdo en que nos ubiquen en nuevos puntos, pero ojalá no sea en lugares donde nadie nos busque porque, si es así, nadie los usará”.
Mientras se hace realidad este ordenamiento, los taxistas continúan en los lugares que acostumbran, muchas veces, haciendo caso omiso de señales que claramente especifican que no pueden permanecer en determinados lugares.