Mientras los carriles construidos para el Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss) sobre la Alameda Juan Pablo II lucen desolados y los comercios cierran por falta de clientes, la realidad es distinta sobre las calles alternativas.
Los más afectados son los conductores de vehículos particulares, de carga y del transporte colectivo, además de centenares de peatones, que ahora deben caminar largas distancias para abordar las unidades.
La mayor parte de la carga vehicular que antes circulaba sobre la Juan Pablo II, ahora se ha trasladado hasta la 1ª y 3ª calle Poniente, las que en horas pico están siempre colapsadas.
La situación se complica debido a la esporádica presencia de los agentes de tránsito, quienes casi nunca se encuentran en la zona orientando a los conductores.
Igual situación sucede con los gestores de tráfico.
Aunque ya se ha habilitado un carril exclusivo del Sitramss, para la circulación temporal de poniente a oriente sobre la Alameda Juan Pablo II, la situación sobre las calles alternativas es siempre la misma, ya que allí todos los días impera la ley del más fuerte.