“Al próximo gobernante le espera una situación difícil, pero no catastrófica”

Considera que el país está en mejor situación en términos de institucionalidad que el vecino de Nicaragua, en donde, dice, se ha perdido

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Al próximo gobernante le espera una situación difícil, pero no catastrófica

Por Texto: Eugenia Velásquez Fotos: Omar Carbonero

2013-12-30 10:00:00

El excoordinador general del FMLN, Facundo Guardado, cree que a quien le toque gobernar a El Salvador en los próximos cinco años deberá buscar consenso entre todos los sectores y actores políticos y económicos del país. Que debe ser un presidente de la República que defienda y fortalezca la institucionalidad naciente en El Salvador. Hace un llamado al próximo gobernante a tocar fondo en temas que aquejan a la población como es la inseguridad especialmente generando oportunidades, pero a la vez aplicando la ley rigurosamente. Opina que el país está en una situación difícil, pero no catastrófica, que aún hay indicios de que se pueden hallar puntos de inflexión entre las fuerzas políticas y económicas y no necesariamente por unanimidad, sino por entendimientos que fortalezcan a las instituciones y mejoren la situación social y financiera de los habitantes. Para Guardado el país ocupa un sitio privilegiado en Centroamérica. Lo ubica en una mejor condición política e institucional que Nicaragua, Honduras y Guatemala, un aspecto que a su juicio debe aprovechar el futuro presidente. Y exhorta a la “elite” política a no dar cabida a la impunidad, comenzando por sanear a quienes estando en esa posición, dice, se valen de ella para cometer actos ilícitos.

¿Qué espera usted del gobierno que tome las riendas del país en los próximos cinco años?

En los próximos cinco años, el país debería sentar bases sólidas institucionales de seguridad y de inversión para su despegue. Esa debería ser la principal responsabilidad de quien gane las elecciones, y quien gane las elecciones debería tener la sensatez de ordenar las finanzas, de promover la inversión, de generar empleo, de buscar grandes acuerdos, aunque sean puntuales, no necesariamente todos los temas, pero sí en el tema de la seguridad, de la institucionalidad y de cómo generar inversión para generar empleo.

¿Qué tipo de acuerdos?

Pensar en una agenda completa nacional no es realista, lo que es realista son acuerdos puntuales, algunos de ellos de mediano plazo y otros pueden ser de corto plazo, acuerdos que se ajusten a los intereses de los distintos actores, pero acuerdos sobre la mesa, acuerdos, pactos que son conocidos por la gente y que son aceptados por los ciudadanos, no debajo de la mesa, como ha sucedido en los últimos años y en muchas ocasiones.

Cuando habla de acuerdos de corto plazo, ¿a cuáles se refiere?

El país tiene un potencial constituido, con todas las dificultades que tenemos. Si nos vamos a Centroamérica, la parte norte de Centroamérica, con todas las dificultades que hay en la economía, en las instituciones, El Salvador está mejor que Nicaragua. En Nicaragua sólo hay ricos y pobres. Aquí hay clase media, puede uno discutir si la clase media tiene o no expectativas, pero aquí hay clase media; en Nicaragua no existe, tampoco existen las instituciones. Estamos mejor que Honduras, estamos mejor que Guatemala. Tenemos una institucionalidad básica que quienes la han querido torcer, quienes han querido desmontar esa naciente institucionalidad democrática en estos últimos años, ataques provenientes más del lado de la izquierda y de sus aliados, de la alianza de gobierno encabezada por el FMLN y el resto de partidos que han estado en alianza, no lograron desmontar las instituciones, eso significa que las instituciones han echado raíces, ya soportan embestidas, eso no sucede ni en Guatemala ni en Honduras ni en Nicaragua.

¿Qué debería hacer el próximo gobierno para proteger esa institucionalidad?

El desafío es cómo esas instituciones que nacieron y están en proceso de desarrollo se van fortaleciendo, no le vamos a llamar como se van consolidando, sino cómo se fortalecen. Solo fortaleciendo esas instituciones, solo en el marco de unas reglas consensuadas, quiere decir con el consentimiento, con la aceptación. El consenso no es unanimidad, no significa que todos tenemos que estar de acuerdo en todo. Consensuar es consentir que, aunque no te guste, pero hay algo que no lo comparto del todo, no me gusta, pero consiento que se haga el experimento, que se eche adelante, esas políticas consensuadas, no solo entre los políticos sino con los grandes actores económicos, sociales y la ciudadanía.

Pero el clima actual en la política no genera ese ambiente propicio para hacer consensos.

Lo que ha pasado en los últimos días, todas las acusaciones y recontracusaciones es independientemente, digamos, si tienen fondo o no tienen fondo, independientemente del propósito, van a ser utilizadas para que en el futuro todo mundo sepa que debe de acotarse a la hora de hacer el ejercicio del poder. Al próximo gobernante le espera una situación difícil, pero no catastrófica.

¿Por qué no catastrófica?

La situación económica es manejable y es superable, la situación de inseguridad es manejable y superable, los entendimientos, yo creo que todos los actores políticos y económicos han llegado a la comprensión de que todos han tocado fondo y que están obligados a llegar a acuerdos. Esa es más o menos mi visión de lo que yo esperaría de los próximos cinco años. Sé que van a ser cinco años difíciles, pero si se aprovechan bien pueden ser cinco años para fortalecer todo este entramado y poner al país en condiciones de despegue.

¿Qué se necesita para que el país despegue?

Acuerdos de corto plazo. En la seguridad hay que hacer un pacto entre el sector público y el sector privado, los grandes actores de medios, las iglesias para generarle oportunidades y aplicar la ley rigurosamente, sin dar márgenes a la impunidad, sin dar señales o mensajes desde la elite que la impunidad es válida. El problema es éste: el problema no está abajo, sino arriba, desde las elites de poder se da el mensaje de que la impunidad es válida, entonces los de abajo dicen: “Si hay fiesta arriba, ¿y por qué no hago fiesta abajo?”

¿Se trata de darle más oportunidades para que cambien los de arriba y sigan el ejemplo los de abajo?

Pero no sólo es oportunidad, es aplicación junto a las oportunidades, tiene que ir la aplicación de la ley de forma rigurosa; tampoco es solo aplicación rigurosa de la ley, sino oportunidades. Son los dos temas y ante todo son oportunidades de educación, y de empleo, empleo productivo, empleo, digamos, capaz de generar riqueza, un empleo donde la fuerza laboral engrandezca la riqueza del país, porque también hay formas digamos de empleo inútiles que es nada más para entretener a las personas.