La violencia criminal acabó con la vida de 256 personas en los 30 días de noviembre, convirtiéndose en el mes más violento de este año que está a punto de culminar.
Un informe del Instituto de Medicina Legal (ILM) señala que la cifra anterior corresponde a los datos conjuntados por la denominada mesa tripartita que está compuesta por la Fiscalía, Policía y el instituto forense.
El director del IML, Miguel Fortín Magaña, explicó que aún quedan cinco muertes que para Medicina Legal son consideradas como homicidios, pero que se está en discusión con las otras dos instituciones.
“A juicio de Medicina Legal son homicidios, pero están en proceso de averiguación… pero esto podría eventualmente subir el dato en la mesa tripartita, por lo tanto, según esto, serían 261 homicidios para nosotros, pero 256 asesinatos consolidados en la mesa tripartita”, dijo Fortín Magaña.
Haciendo comparaciones con los datos de noviembre del año pasado, en el que hubo 177 asesinatos, se puede observar un aumento de 79 muertes violentas en noviembre de este año.
Con las cifras anteriores, Fortín Magaña explicó que en promedio ocho personas murieron víctima de la violencia en noviembre; mientras que en el mismo mes del año pasado se tenía un promedio de seis personas asesinadas por día.
En el informe se detalla que de las 256 víctimas, 229 correspondían a hombres y 23 mujeres. Hubo cuatro víctimas a las que no se le pudo establecer el sexo por el avanzado estado de putrefacción del cadáver.
En el 70 por ciento de los asesinatos, los criminales usaron armas de fuego; mientras que al 10 por ciento de las víctimas las asesinaron con armas denominadas en el lenguaje criminológico como cortocontundentes (machetes); y otro ocho por ciento recibió lesiones con objetos contundentes. A dos víctimas las quemaron.
También el informe de Medicina Legal refleja que la violencia criminal sigue golpeando a los jóvenes. El 63 por ciento de las víctimas rondaba entre 15 y 34 años.
Recientemente, el director de la Policía, Rigoberto Pleités, aseguró que en el 50 por ciento de los asesinatos los victimarios eran pandilleros; mientras que un 35 por ciento de las víctimas también eran integrantes de esos grupos, catalogados como ilegales, según la legislación penal.
Con respecto a los ocho municipios con mayor índices de violencia, el informe detalla que San Salvador ocupa el primer lugar, seguido de Colón, Mejicanos, Soyapango, San Martín, Apopa, Ilopango y Usulután. En estos municipios se registraron 88 homicidios del total registrado en noviembre pasado.
Los departamentos que registran más homicidios para este año son San Salvador, La Libertad, Usulután, La Unión, Cuscatlán y Santa Ana.
El informe detalla que julio ha sido, hasta el momento, el segundo mes con la mayor cantidad de asesinatos de este año. En julio se contabilizaron 253 muertes violentas, tres menos que en noviembre.
Hay que recordar que en los primeros cuatro días de julio se registró una escalada de violencia que acabó con la vida de no menos de 66 personas, lo que reflejó en promedio que 17 salvadoreños murieran cada día en esos primeros días del referido mes.
En el tercer día de julio se cometieron 27 asesinatos, lo que constituye en el día con mayor violencia de este año y uno de los días con la mayor cantidad de homicidios en los últimos cinco años.
La tendencia de los asesinatos comenzó a subir desde mayo y no se ha reducido con relación al año pasado.
Además, la brecha de los más de 500 asesinatos que se tenían menos con respecto al año 2012 se ha ido cerrando hasta llegar a una diferencia de 106 asesinatos menos que el año pasado.
Los registros que lleva la Policía detallan que 120 personas han sido asesinadas en 16 días que han transcurrido en diciembre.
Si se compara con el mismo periodo de diciembre de 2012 se tiene que hay un incremento de 33 muertes y que el promedio diario para este mes alcanza los ocho asesinatos.
Las autoridades policiales apuntan a que 2 mil 404 personas han sido víctimas de la violencia criminal entre el 1 de enero y el 16 de diciembre de este año, 106 asesinatos menos que en 2012.
Las explicaciones que dan las autoridades de Seguridad Pública con respecto al aumento de la violencia en el último semestre es que las pandillas están adquiriendo más armamento con el afán de intensificar su nivel de criminalidad para ejercer mayor control territorial.
A eso se le suma el aumento de los ataques que hacen las pandillas a sus rivales y las purgas internas que se están dando dentro de esos grupos.