Blackwell, OEA: “no es aceptable que un marero utilice tecnología desde los penales”

El emisario habló luego de un foro en el tanque de pensamiento Woodrow Wilson Center, en el que se discutió qué pasa cuando los Estados negocian con estructuras del crimen.

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Secretario Multidimensional para Asuntos de Seguridad de la OEA, Adam Blackwell, primero izquierda en la mesa. Foto EDH / Archivo

Por Tomás Guevara Corresponsal en Washington

2013-10-30 7:00:00

El Secretario Multidimensional para Asuntos de Seguridad de la Organización de Estados Americanos (OEA), embajador Adam Blackwell, quien ha apoyado el proceso de no agresión entre las pandillas MS-13 y la mara 18 en El Salvador, tregua en la que el gobierno salvadoreño se ha comprometido a proporcionar ciertos beneficios de flexibilidad a los pandilleros detenidos en los recintos carcelarios, expresa que no es tolerable que los presos tengan acceso a tecnología de comunicación de punta para utilizarla en cadena para continuar sus actividades criminales.

El embajador Blackwell fue designado por el Secretario General de la organización hemisférica, José Miguel Insulza, para dar seguimiento al proceso de tregua de maras en El Salvador y mantener diálogos con las partes involucradas a fin de empalmar los objetivos de esa secretaría encargada del peliagudo tema de seguridad en la región.

El funcionario, que la próxima semana visitará nuevamente El Salvador para continuar monitoreando el proceso de tregua y los alcances que ésta ha tenido en el país, redirige su postura a la apuesta principal de la secretaría en la que está al frente en la OEA: de abrir espacios para que entes de cooperación y asistencia puedan intervenir y recuperar el tejido social de amplias zonas donde dominan las pandillas.

El diplomático dio declaraciones a El Diario de Hoy luego de asistir a un foro realizado en el Woodrow Wilson Center en Washington, en el que se analizó la situación de seguridad ciudadana a partir de los acuerdos entre gobiernos y estructuras del crimen organizado. La tregua con las pandillas en El Salvador fue un punto de discusión durante la mitad del foro donde fueron convocados especialistas en el tema de seguridad.

Cuando la tregua en el país sigue siendo un capítulo de discordia entre distintas fuerzas y cuando goza de impopularidad entre la gran mayoría de la población que no ve los resultados concretos ni claros del acuerdo entre las pandillas y las autoridades, el Secretario Multidimensional de la OEA enfatiza en que todos los actores sociales deben poner su grado de comprensión y acuerdo para que paulatinamente se vaya desmontando la estructura de violencia que atraviesa El Salvador y buena parte del llamado Triángulo Norte de Centroamérica.

¿Qué comentarios le amerita los puntos que se han analizado en este foro viéndolo desde la perspectiva de su papel como representante de la OEA para el seguimiento del proceso de tregua entre las pandillas en El Salvador?

Mi comentario es muy sencillo, en este tipo de eventos es muy importante que podamos dialogar con expertos internacionales y poner lo que está ocurriendo en El Salvador en contexto para no mezclar un proyecto de negociación entre pandillas que tuvo lugar hace 20 años, en Trinidad y Tobago, con lo que esta pasando en El Salvador en este momento. Son cosas totalmente distintas.

Pero también hubo abordajes desde la perspectiva de los espacios que se pueden abrir disminuir la violencia. ¿Cómo avanzan esas vías?

Ese es un punto de gran importancia, como pudimos ver en la presentación de la señora del PNUD (Marcela Smutt, coordinadora de Programa de Gobernabilidad Democrática), que es exactamente lo que estábamos tratando de hacer, de crear espacios y tiempos para que las autoridades y las agencias de desarrollo pudieran entrar en las comunidades para tratar de trabajar con cierto nivel de este tejido social en muchas zonas y recuperarlo.

Por la complejidad de la tregua…

No podemos medir El Salvador fuera del contexto internacional. La tregua en El Salvador no es inédita. Esto ocurre todos los días y desde hace mucho tiempo atrás, hay un proceso en las Naciones Unidas que se llama el Desarme, Desmovilización y Reinserción que aplica para guerras y otros conflictos. Estos procesos existen, entonces hay que poner esto en el contexto de El Salvador para facilitar la construcción de una política pública para el bien del país.

Esta semana se publicó en El Diario de Hoy una investigación que deja ver que los pandilleros presos en penales del país entablan conversaciones en teleconferencias con pandilleros fuera de la cárcel e incluso hasta Estados Unidos. ¿Esto puede considerarse normal dentro de un proceso de facilitación y negociación con estas estructuras?

Hay que poner todo esto en perspectiva, la institucionalidad en todo lo que se llama el sector de seguridad en la mayoría de países de nuestro Hemisferio necesita trabajo, necesita un trabajo profesional con metodologías y procesos serios, y por supuesto no es aceptable que un marero u otro privado de libertad esté utilizando tecnología de comunicaciones desde adentro de los centros penales.

¿Sin alterar el orden?

Pero tampoco al otro lado de la moneda, mi mensaje fundamental en todo esto, hay que ser equilibrados, ni tampoco es aceptable un abuso a los privados de libertad. Los privados de libertad tienen sus derechos humanos, hay normas internacionales que El Salvador tiene que respetar.

Por tanto, hay que buscar un equilibrio entre uno y otro, y hacer las investigaciones, que es importante en ese punto el papel de los medios de comunicación para decir que tal cosa ocurrió.

Tengo la impresión que El Salvador funciona mucho con rumores y percepciones y eso debe cambiar.