Urge que el país tenga política de Estado en educación para avanzar

Cada gobierno lanza planes educativos. Eso significa un volver a empezar sin garantía de que la inversión sea efectiva Tras muchos años no se logra universalizar el acceso a la educación y terminar con el analfabetismo urbano y rural Junto a la política también se necesita elevar el monto que se invierte en este rubro con respecto al PIB y con eficiencia Cada gobierno lanza planes educativos. Eso significa un volver a empezar sin garantía de que la inversión sea efectiva Tras muchos años no se l

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La falta de presupuesto ha provocado que los cuatro planes educativos implementados en los últimos años, fallaran en la ejecución de programas y alcance de metas. foto edh/archivo

Por Susana Joma nacional@eldiariodehoy.com

2013-10-05 7:00:00

Los cuatro planes educativos que igual número de gobiernos han lanzado en el país durante las últimas décadas no han logrado saldar la deuda de cobertura en los distintos niveles de enseñanza, terminar con el analfabetismo y mucho menos elevar la calidad del proceso.

Los especialistas Felipe Rivas y Óscar Picardo exponen que más allá de los que conocimos como Plan Decenal de Reforma Educativa en Marcha, Desafíos para la Educación del Nuevo Milenio, el Plan Nacional 2021 y Vamos a la Escuela, en el país no se podrá lograr avances definitivos en este campo si no hay una Política de Estado en Educación, la cual establezca líneas a seguir para formar ciudadanos integrales.

“Bajo esa premisa, todos los niveles de planeación que ha tenido el país han sido deficitarios a la hora de ver sus resultados y conclusiones, porque la educación requiere una planificación de largo plazo y un financiamiento sostenido”, aseguró Rivas.

De cara a esto recuerda como a las distintas gestiones gubernamentales se les ha insistido en que destinen el seis por ciento del PIB para Educación, porque solo así se lograrán cumplir metas y ver un impacto en la sociedad.

Rivas explica que todos los planes se han orientado primero al tema de cobertura, segundo calidad y tercero gestión administrativa. En donde han cambiado es en los marcos filosóficos.

Según explica con el Plan Decenal (95 -2005) la cobertura (tasas netas) en Educación Básica empezó a crecer hasta alcanzar con el tiempo el 95 %, pero sin llegar a universalizarse, debido a la presión que puso la Unesco a través del compromiso Educación Para Todos y por el financiamiento externo del Banco Mundial y otros cooperantes. Esa fue la moda.

La llegada del Plan Desafíos para el Nuevo Milenio trajo cambios enfocados a la calidad. De éste se recuerda el Programa Escuela 10 que desapareció cuando entró El Plan 2021.

“¿Que demuestra esto?, Que no importa el partido político que sea, los titulares y las presidencias influyen, porque no hay política de Estado”, opinó.

Así cada gobierno va estableciendo prioridades en función de los retos internacionales. Por eso fue que después se enfocó en la primera infancia y vino un pequeño crecimiento en las tasas de cobertura de parvularia.

Luego los análisis y compromisos incluyeron tercer ciclo y la secundaria pero no se han visto avances sustanciales y el cumplimiento de metas educativas se ha venido posponiendo.

Por ello fue que con el Plan 2021 se dio impulso a Edúcame, que son modalidades flexibles de educación, dirigidas a jóvenes que estaban fuera del sistema educativo.

De igual forma se creó la ley de niñez, Lepina, con la cual se busca garantizar que los niños tengan acceso a educación, salud y otros recursos para su desarrollo. Además, se empezó a fomentar el uso de la tecnología y formación tecnológica.

Para el Plan Vamos a la Escuela, el cual está vigente, enfilaron esfuerzos en la educación inicial a partir de que ya había una ley. También han desarrollado la Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno. En ambos casos se trata de proyectos pilotos, que según Rivas quedarán a medio camino con la llegada de un nuevo gobierno, independientemente de qué partido político se trate.

Para Rivas, de cara a los compromisos internacionales en 2015 El Salvador tendría que tener cobertura universal en Básica y Parvularia, tener un 75 % de cobertura en Media y haber superado el problema de analfabetismo. “Por supuesto que a estas alturas no se va a lograr”, aseguró el especialista, tras subrayar que eso sólo se logra si se cuenta con una visión estratégica.

Aunque la modalidad de educación flexible fue continuada con el Vamos a la Escuela, el especialista considera que debió habérsele apostado más. Lo mismo ocurre con el programa de Alfabetización de Adultos, que a principios del Plan 2021 tuvo gran empuje para luego decaer.

Si bien dentro del Plan Vamos a la Escuela han llevado adelante el programa de Alfabetización, en este caso explotando el recurso del voluntariado, no se ha llegado a rebasar las metas de reducción de indicadores de analfabetismo, sobre todo en lo rural.

El especialista en Educación, Oscar Picardo, expresó que “alfabetización (en el plan Vamos a la Escuela ) ha venido caminando al mismo ritmo que caminaba. Es decir yo creo que no ha habido cambios sustanciales en eso a pesar de que declaren algunos municipios libres de analfabetismo”.

Picardo es de la opinión que la falta de avances en alfabetización se nota en la cifra de personas atendidas anualmente.

Mientras, su colega Felipe Rivas advierte que a este problema no se le ha podido dar la vuelta debido a que se sigue bajo la misma línea de enseñar a leer y escribir, pero no se asegura que las personas continúen estudios para garantizar que mejoren su condición de vida.

La realidad sobre la formación de los docentes y la mejora de los planes de estudio tampoco ha variado en los distintos planes. Esto pese a que todos los han tenido entre sus prioridades, eso sí, bajo programas con distintas denominaciones.

De hecho, Rivas quien es representante de la Fundación Innovaciones Educativas Centroamericanas (FIECA), expone que con el Vamos a la Escuela a pesar de que se promovió la Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno en la práctica no hubo cambios al currícula como eso lo requería.

Óscar Picardo, quien también es investigador, afirmó que la falta de presupuesto ha hecho que los cuatro planes educativos también hayan fallado en la ejecución de programas y alcance de metas.

“El presupuesto es el esqueleto de los modelos. Si yo empiezo a mover más recursos para acá y le quito al otro lo debilito. Y eso es lo que ha pasado. Entra un programa, se posiciona. Después ya le quito un poco de recursos y queda funcionando allí, mal que bien, para que no digan que lo desaparecimos, pero ya no tiene el mismo soporte”, explica Picardo.

El especialista advierte que debido a que una y otra administración gubernamental suma proyectos que nunca terminan es que la cifra de empleados del Ministerio de Educación crece en detrimento de la inversión en las escuelas.

Al consultarle si es posible terminar con ese círculo de planes educativos sin continuidad, Picardo externó que mientras en el país no se supere la polarización existente y el fanatismo partidario será difícil que los sectores se sienten a diseñar una política de Estado en Educación.

Destaca que varios países, entre ellos Israel, Irlanda, Singapur y Corea, que han tenido políticas de largo plazo, sostenidas, no negociables al vaivén de los cambios políticos, han sido exitosos en el campo educativo.

De allí que cuestione que los políticos que están en campaña estén ofreciendo lo que conviene a sus intereses electorales. Es decir nadie cuestiona los paquetes escolares a pesar de que no se ha demostrado un impacto fuerte en cuando incremento de cobertura. Además, están ofreciendo computadoras por niño cuando no lo han cumplido durante sus gobiernos.