SANTA ANA. Un pequeño y gran milagro. Eso significa Jefferson Ademir Chacón Flores, de 3 años, para sus papás.
El tumor en el tallo cerebral que tenía, y que medía cinco centímetros, fue extraído en un 90 por ciento, el pasado viernes, luego de someterse a una craneotomía guiada por navegación en el Hospital de Diagnóstico, en San Salvador. Ahora, Jefferson camina, sonríe y hasta bromea.
Su madre, Kenia Jazmín Flores, recuerda que un día antes de que lo operaran, el niño “ya no caminaba, solo podía decir mamá, tenía estrabismo y ya solo comía por jeringa”.
La decisión de operarlo no fue fácil. El pronóstico era reservado, debido a que el sitio donde estaba el tumor es el área central del sistema nervioso.
“Nos dijeron que uno de los riesgos era que el niño ya no despertara de la operación; y que si en cinco días no lo hacía lo desconectarían”, recuerda Kenia.
Pero, las fuerzas del pequeño Jefferson sobrepasaron lo impensable y apenas salió de la cirugía abrió sus grandes ojos cafés y llamó a su mamá.
Para el domingo, el pequeño “ya caminaba y pedía ir a comer pollo”, explica la madre.
Ella y su esposo aseguran estar agradecidos con Dios por la oportunidad de vida de su hijo; pero también agradecen el apoyo que han recibido de personas particulares y familiares por la ayuda económica.
Lo que falta
Y aunque el panorama médico del pequeño Jefferson es alentador, la situación económica de la familia es angustiante.
La operación a la que fue sometido el viernes tiene un costo de 25 mil dólares. Sin embargo, a través de la Fundación Hospital de Diagnóstico, que tiene como objetivo ayudar a personas de escasos recursos económicos, lograron bajar el precio hasta 12 mil 500.
No obstante, los papás de Jefferson sólo tenían 5,500, que fueron entregados el mismo viernes.
El lunes, que Jefferson fue dado de alta, su papá, Marvin Chacón, abonó poco más de cinco mil dólares, que fueron recaudados en el partido de FAS-Alianza, el pasado fin de semana, a iniciativa de la Turba Roja, barra organizada del equipo tigrillo.
El niño fue dado de alta, pero antes su papá tuvo que firmar un pagaré, comprometiéndose a cancelar lo que aún adeuda.
Pero los $1,400 que Marvin le debe al hospital no son su principal preocupación, sino lo que aún tiene que gastar en una segunda intervención quirúrgica, denominada radiocirugía.
El procedimiento debe de realizarse dentro de las próximas cuatro semanas; y tiene como objetivo principal retirar el 10 por ciento del tumor que aún está en la cabeza del pequeño.
El costo de dicha operación aún no ha sido brindado por el hospital privado.
Sin embargo, la cifra podría ser parecida a la de la primera operación.
Pero el papá del pequeño Jefferson asegura que no se detendrá hasta conseguir que su hijo esté completamente sano. “Aún recuerdo cuando un doctor del hospital Bloom me dijo que para qué iba a gastar dinero en mi hijo, que para qué me iba a endeudar si no tenía cura. La vida sigue, me dijo”, cuenta Marvin.
Esas palabras aún resuenan en la menta del padre de familia, quien medita y exhorta a los papás de niños que padecen situaciones similares a no dejarse vencer.
“Los invito a que se agarren de la mano de Dios, porque Él pone la gente en el camino, las herramientas. Que se informen, que no se den por vencidos, porque qué tal si yo me hubiera quedado con los brazos cruzados”, manifiesta Marvin.