Emely Alexandra Reyes Lemus, de cuatro años, quien murió el martes en un ataque cometido por mareros en Jucuapa, Usulután, fue asesinada con lujo de barbarie y no alcanzada circunstancialmente por una bala perdida, como informaron ese día las autoridades.
Los resultados de la autopsia revelaron que la víctima tenía una herida de bala en la mandíbula y otra en la parte trasera de la cabeza, dijo ayer el director de Medicina Legal, José Miguel Fortín Magaña, en una entrevista en canal 33.
“La niña fue rematada. ¿Cómo puede tener alguien tal grado de salvajismo de matar a una criatura de cuatro años que es un angelito de Dios?”, se preguntó Fortín Magaña.
Un delegado de la oficina fiscal de Usulután dijo el martes que Emely Alexandra estaba jugando con su hermano de dos años frente a su casa, en la colonia El Prado, y cerca de ellos había cuatro supuestos mareros de la 18, entre ellos un pariente de los infantes.
Sorpresivamente, al menos cuatro miembros de la mara Salvatrucha llegaron a bordo de un carro y dispararon contra los pandilleros rivales; una de las balas, según el Ministerio Público, le cayó a Emely.
Los sujetos a quienes iba dirigido el ataque salieron ilesos tras refugiarse en la vivienda.
La Policía maneja como principal móvil del ataque las rencillas entre las pandillas. Sin embargo, fuentes de la corporación aseguraron que un pariente de la infante habría sido cabecilla de la mara 18 y hace pocos meses era indocumentado a Estados Unidos.
Por este atentado, que ha causado repudio en la ciudadanía, no han hecho capturas.