Vías de Santa Rosa de Lima están en ruinas por buses

Tal y como lo advirtió el edil, dos meses bastaron para que las calles comenzaran a deteriorarse por el paso del transporte

descripción de la imagen
El paso constante de los buses por la 4a. Calle ha removido los adoquines y tiene en ruinas la vía, algo que el edil advirtió que pasaría. Foto EDH / Francisco Torres

Por Francisco Torres comunidades@eldiariodehoy.com

2013-07-24 7:00:00

LA UNIÓN. Cuando Gaspar Portillo, jefe del Viceministerio de Transporte (VMT) en la zona oriental, llegó a reunirse con transportistas y dueños de un predio que hoy funciona como terminal, anunció que tras la entrada en funcionamiento del aparcadero —que fue el 25 de abril— solo esperarían 10 o 15 días para iniciar un plan de ordenamiento en Santa Rosa de Lima, que hasta hoy no se materializa.

Pero como según el mismo Portillo “un 70 por ciento de unidades del transporte público —que son unos 60 autobuses que hacen varios recorridos al día— ya están usando la terminal”, el desorden volvió a apoderarse de las calles del centro del municipio, por lo que el edil Jorge Rosales decidió desarrollar varias actividades, para tratar de ordenar.

En primer lugar mandó a pintar de amarillo las cunetas de las calles que hace un año le fueron autorizadas al municipio como ejes preferenciales y luego sacó a las calles al Cuerpo de Agentes Municipales (CAM), para pedir a los conductores que no se aparquen en las zonas que no están autorizadas por el VMT.

Lo irónico del caso es que, para Portillo, estas acciones “son un obstáculo” para que el VMT desarrolle un plan integral de ordenamiento, que hasta ahora no ha visto la luz.

Ahora el jefe local del VMT no da fecha cuando se le consulta sobre los avances del plan de ordenamiento, solo dice que se hizo un levantamiento técnico y que espera que pronto se concretice.

Dejó entre ver que este plan podría modificar los ejes preferenciales que ya están autorizados “porque cuando se autoriza o se actualiza un plan de ordenamiento vial, lo que antes era ya queda desfasado”, afirmó.

Portillo además explica que pronto realizarán acciones para que los transportistas que aún se resisten a hacer uso del aparcadero, tengan que estacionar ahí sus unidades, lo que según Rosales, solo complicaría aún más el desorden vial.

“Cuando teníamos los buses en el bulevar (en el centro del municipio), usted podía ingresar a la ciudad y salir en cinco minutos, ahora se tarda hasta 45 minutos en entrar y otro tanto igual en salir, y solo son seis cuadras”, puntualizó el jefe edilicio.

Las calles

Rosales se opuso rotundamente a que ese predio fuera autorizado como terminal. Y alegaba varios factores, entre ellos, el daño que sufrirían las calles del centro.

Ahora a menos de tres meses de que la mayoría de los buses son obligados a ingresar a la ciudad, la 4a. Calle está en ruinas y algunos comerciantes piensan que pronto empezará el deterioro de la 6a. Calle.

Frente a la terminal en la que se estacionan los buses para subir pasajeros, el adoquinado está seriamente dañado. Reina Martínez, una usuaria de buses, afirma que “el lodazal que hay en la parada de buses no beneficia a nadie”.

Antonio Romero, presidente de la cooperativa que es dueña de la terminal, ve el daño de la vía como “algo normal, porque acuérdese que el tráfico de buses daña las calles, pero ésta ya estaba bien arruinada”, justifica.

Explica que lo que motivó a la cooperativa que preside a buscar la creación de la terminal no fue el interés propio, sino el deseo de que los vendedores del mercado tuvieran clientes a quienes ofrecerles sus productos.

Eso porque afirma que cuando los buses se aparcaban en las afueras de la ciudad, el dinamismo comercial se había trasladado hasta esa zona y que en el mercado sufrían por la falta de clientes.

Pero este asocio cobra un promedio de seis dólares diarios a cada una de las unidades, es decir, unos 360 dólares diarios, lo que equivale a unos 10 mil 800 dólares al mes.

El Diario de Hoy trató de conversar con tres vendedores del mercado que coincidieron en no querer opinar, porque consideran que solo los usan de pretexto.

Transportistas tampoco quieren opinar, por las mismas razones; pero bajo anonimato refuerzan el planteamiento de Delis Reyes, dirigente de la gremial del transporte quien señaló que el lote no tenía las condiciones para funcionar como terminal. Reyes tampoco estuvo disponible para opinar en esta publicación.

Fredy Ventura es un comerciante que se opone a que la terminal funcione en el centro de la ciudad. “Dicen que van a hacer ejes preferenciales y eso no es bueno para el comercio, es mejor que saquen los buses de la ciudad, que solo han arruinado las calles”.

¿Dos terminales?

El conflicto que tiene divididos a comerciantes, transportistas y municipalidad, además, es sazonado con un nuevo elemento: Santa Rosa de Lima tiene dos predios autorizados para el funcionamiento de una terminal.

Esta es otra de las razones por las que el edil Rosales se oponía a la terminal que ahora está en funcionamiento.

Antes de que Portillo llegara al VMT, Rosales trabajó de cerca con el antiguo jefe de este Viceministerio, de quien consiguió además de la autorización de ejes preferenciales, la definición de un plan de ordenamiento que nunca se llevó a cabo, y la autorización del terreno donde hoy funciona el tiangue, para que se construyera ahí la terminal.

Rosales explica que una vez obtuvieron el permiso, su concejo decidió esperar a recoger el dinero que serviría para darle una terminal digna al municipio, que además estaría en las afueras de la ciudad, no a una cuadra del mercado, como lo está hoy.

La idea era crear un nuevo concepto: la terminal fuera de la ciudad y para no afectar el dinamismo comercial del municipio, autorizar zonas de carga y descarga que se habían pensado como estacionamientos de breve estadía.

Incluso se pensó en algunas vías peatonales, para potenciar aún más el municipio.

Pero esta idea no ha sido descartada, porque Rosales aún no abandona la idea de construir la terminal municipal.

Eso porque asegura que si el asocio cooperativo que es dueño del terreno donde hoy está la terminal sigue insolvente con la comuna, le obligarán a cerrar.

Según Rosales, el asocio tiene varios años de no pagar impuestos. Además analiza la creación de una licencia para el funcionamiento de la terminal, que les permitiría recaudar dinero para mejorar las calles que se dañen por el pase de los autobuses.

Romero acepta que esta cooperativa está en mora. Pero afirma que solo deben algunos meses.

El cooperativista sospecha que la licencia que les impondrá la comuna será “impagable”, porque afirma que “me comentaron que será de 100 mil dólares anuales”.

Cuando EDH habló con Rosales este dijo que no habían discutido eso en el concejo.