Comunidades temen a más deslaves en volcán

Protección Civil comenzó los trabajos de mitigación en la parte alta del Chaparrastique

descripción de la imagen
Comunidades temen a más deslaves en volcán

Por Lucinda Quintanilla Carlos Segovia

2013-06-18 8:00:00

SAN MIGUEL. Hasta el mediodía de ayer los residentes en los cantones y caseríos de las faldas del volcán Chaparrastique, desconocían los planes de emergencia y evacuación que Protección Civil ha diseñado en caso de haber nuevas correntadas de lodo y pierda volcánica que se desprenden del coloso con cada tormenta.

Lo grave es que la zona fue declarada en alerta naranja a consecuencia de los deslaves ocurridos tras las primeras lluvias, y ante el riesgo que corren las familias que residen en las comunidades El Volcán, Conacastal y Morita en la comprensión de los municipios de San Miguel, Chinameca y San Jorge.

Ayer, EDH visitó la zona del caserío Los Carretos y Placitas, en donde se constató que los ciudadanos desconocen los planes de emergencia. Incluso, aseguraron que Protección Civil no se ha acercado a sus zonas de residencia para explicarles los referidos planes, aunque sí los han observado trabajar en acciones de limpieza y remoción de lodo y piedra volcánica.

Según la institución, actualmente hay 95 viviendas en alto riesgo por los flujos de lodo. Estas deben ser evacuadas con cada tormenta que azota el coloso migueleño, según lo confirmó Jorge Meléndez, secretario de Vulnerabilidad.

Agregó que las referidas casas se ubican en el recorrido de los flujos y que por ello la evacuación debe ser inmediata tras las lluvias. Informó que en la zona en la que se ha decretado alerta naranja hay 338 familias en riesgo; pero que de esas, son 95 las que más peligran.

Sin información

Miguel Ortega, de 63 años, es uno de los residentes en caserío Los Carretos. Se acercó a un equipo de este medio para pedir asesoría sobre las acciones a seguir para evacuar la zona de forma voluntaria. Dijo que ninguna autoridades se había acercado a él, al menos hasta las 12:00 del mediodía, para informarle sobre qué hacer para evacuar.

El anciano dijo que su vivienda se ubica justo en una de las zonas por las que bajan los flujos de lodo del cono volcánico.

“Yo buscó quien me pueda ayudar para evacuar mi casa. Yo quiero salirme porque la correntada de lodo pasa por ella y prefiero salir a buscar otro lugar donde albergarme, pero nadie me da información”, dice con aflicción.

Agregó que “lo que se es porque lo escuche en las noticias, pero a mi nadie me ha venido a platicar nada”, dijo el anciano. Al igual que Ortega, Teresa Paiz es otra de las residentes en el mismo sitio.

Aseguró que nadie en esa zona ha llegado para explicarles los planes de evacuación y emergencias ante las fuertes correntadas de lodo que bajan de la parte alta del coloso migueleño.

Pero la situación de desinformación que explican esos ciudadanos es respaldada por las autoridades de varias instituciones educativas que se ubican en las faldas del volcán Chaparrastique.

Para el caso Antonio Carranza, director del centro escolar Rosa Hirleman de García Prieto, en caserío Placitas, cantón Conacastal, aseguró que ellos son conscientes que después de una tormenta de 30 minutos deben evacuar la escuela.

Sin embargo, aclara que todo el esfuerzo en materia preventiva se ha registrado gracias al trabajo de los líderes de la comunidad y los padres de familia.

Tiene el agravante que junto al centro escolar está una quebrada por la que baja flujo de lodo desde la parte alta del volcán.

Carranza sostiene que en la última tormenta registrada la semana anterior, la cantidad de lodo que bajó por la quebrada provocó que se formará una especie de laguna al centro de la calle.

EDH también visitó la escuela Federico Arnoldo García Prieto, en el caserío El Carreto, ese centro recibió de forma directa una corriente de lodo que anegó las instalaciones.

Incluso, ayer, alumnos de ese centro laboraban sacando piedra y lodo. Jorge Turcios, subdirector del centro, dijo que “nadie de Protección Civil ha venido, probablemente no hayan venido porque la escuela no está considerada en una zona de alto riesgo”.

Pese a ello, los padres de familia y educadores sí están con temor debido a que la escuela recibió, al menos la semana anterior, de forma directa el golpe de todo lo que la corriente arrastró.