Maras se toman la escena de un homicidio en La Unión

Para que Fiscalía y Medicina hicieran su trabajo, la Policía tuvo que pedir refuerzos

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Foto EDH / Insy Mendoza

Por Insy Mendoza Francisco Torres nacional@eldiariodehoy.com

2013-03-31 6:00:00

En un hecho insólito, un grupo de pandilleros que se encontraban armados obstaculizó ayer durante varias horas la labor de la Policía, Fiscalía y Medicina Legal en la escena de un homicidio registrado en Conchagua, La Unión.

Los mareros se opusieron a que la escena fuera custodiada, a que se levantaran las evidencias del delito y a que Medicina Legal retirara el cadáver de la víctima.

La Policía tuvo que reforzar su presencia para que las diferentes autoridades pudieran realizar el trabajo que la Ley les demanda. También hubo necesidad de que el vehículo de Medicina Legal fuera escoltado por no menos de tres patrullas policiales para llevarse los restos de Carlos Alberto Guardado.

Según las autoridades, la víctima mortal era un supuesto cabecilla de la mara 18, a quien apodaban El Ruso de la 18.

El homicidio fue cometido en la colonia Belén, en el sector de la línea férrea, conocido como Siche. En ese mismo lugar, hace un mes, mataron a un supuesto miembro de la mara Salvatrucha, según indicó la Policía.

En esa ocasión, familiares de la víctima no pudieron ingresar a la escena del homicidio por recomendación policial.

Los parientes tuvieron que esperar, a unos 100 metros del sitio del asesinato, cerca del puente el Güisquil hasta que Medicina Legal pasara con el cadáver para contratar los servicios funerarios.

Pero el caso de ayer podría no estar relacionado con el anterior, porque el homicidio de Guardado, al parecer, fue perpetrado por pugnas entre la misma pandilla, dijo la PNC.

Investigaciones preliminares indican que el sujeto era el encargado de vapulear a sus súbditos que irrespetaban sus códigos.

A los integrantes de la 18 les está prohibido robar o extorsionar a los pobladores del mismo barrio en donde están ubicados, pues alegan que su misión es brindarles seguridad y no lo contrario, según sus reglas.

Al parecer, varios mareros de ese grupo se habían dado a la tarea de extorsionar a comerciantes del sector y estos se quejaban con Guardado.

En respuesta, Guardado ordenaba, y en algunas veces él mismo protagonizaba, fuertes palizas contra los sujetos denunciados.

Todo eso habría creado un ambiente de resentimiento y rencor contra Guardado, que los pudo llevar a planear su muerte, según la Policía.

Fuentes policiales también afirmaron que desde hace unos meses Guardado intentaba retirarse de la pandilla y sus compinches no estaban de acuerdo por tratarse de un vocero del grupo.

El sector en que quedó tendido el supuesto cabecilla fue acordonado por pandilleros armados, quienes obstaculizaron también el trabajo de los periodistas. Los sujetos, además, impidieron que fotoperiodistas y camarógrafos tomaran fotografías o videos de cerca. Tampoco permitieron que curiosos, como suele suceder en otros casos, se acercaran a la escena para presenciar el hecho.

En esa zona, las pandillas gobiernan y deciden quiénes entran. En La Unión, al igual que en otros lugares del país, hay un repunte de hechos violentos: hasta la fecha van 38 asesinatos.

Hace unas semanas, el ministro de Justicia, David Munguía Payés y el director de la Policía, Francisco Salinas, se reunieron con el alcalde de La Unión para incluir el municipio en el proyecto “zonas libre de violencia”.