En el bulevar Diego de Holguín no se construyeron tres plazas recreativas culturales y una ventana arqueológica (de surcos precolombinos) que estaban incluidas en las Bases de Licitación y carpeta técnica original porque, según el Ministerio de Obras Públicas, elevaban el costo del mismo.
Y aunque las tres plazas no se edificaron, el Diego de Holguín en su fase II que tendría un valor de $31 millones 925 mil 558, terminó costando $2.8 millones más (ver nota a parte).
A pesar de que el MOP no especificó el monto del aumento en el costo de la vía exprés, el titular Gerson Martínez dijo que la falta de financiamiento se debía a que la pasada administración los dejó “desfinanciados, la caja (chica) la dejaron vacía”.
Peor aún, según el ministro Martínez, la gestión anterior (2004-2009) les dejó sentencias condenatorias y laudos arbitrales que, de acuerdo con Martínez, logró revocarlos.
Justificó que esa fue la razón, y que “era natural que algunas ideas que se tenían inicialmente se tuvieron que dejar (de lado)”, pese a estar licitadas.
Sin embargo, actualmente se construye una ciclorruta en el tramo II-A del bulevar, con una inversión de más de un millón de dólares que no estaba detallada en la carpeta técnica inicial que se les entregó a las dos empresas constructoras, y que tampoco habría sido sometida a licitación.
Surge la pregunta: ¿Cómo se omitió construir las plazas, que estaban en las bases de licitación, y en su lugar se edifica una ciclorruta, que no se especificó en la documentación, ni en el contrato?
Martínez aceptó que “nunca estuvo presupuestado lo de las plazas” (pese a estar en las Bases de Licitación), y que la vía para los ciclistas era parte del mismo proyecto. “El Salvador tiene que avanzar a devolverle soberanía a los transeúntes y a las personas que van en bicicleta. Es una altísima prioridad (construirla)”, se defendió.
Sin embargo, las declaraciones del ministro entran en contradicción con lo que dijo Ángel Díaz, apoderado legal de la empresa Disa, empresa que construye la ciclorruta.
“Ahorita estamos construyendo una ciclorruta. Esto es algo adicional, es un contrato diferente. Las obras que ve ahí son obras de un contrato diferente, esa no es la Diego eso no tiene nada que ver con la Diego, aunque sea aledaña a la Diego. Es un contrato distinto”, aseveró Díaz.
Tal como lo explica Díaz, entonces el proyecto tuvo que ser sometido a un proceso de licitación, y posteriormente recibir las ofertas de las empresas interesadas.
Los trabajos se iniciaron el pasado 21 de enero de este año y finalizarán el 19 de junio.
La vía para los ciclistas será de dos kilómetros, que empieza en el intercambiador Merliot hasta la avenida Jerusalén y, según el MOP, beneficiará a más de 161 mil 650 habitantes.
“Hay un puente metálico que se va a construir (y) que va a hacer que las bicicletas pasen de un lado de la Diego hacia Merliot”, expuso Díaz.
El puente estará en las cercanías del intercambiador de Merliot, mejor conocido como redondel de la “llanta pacha”, porque no tiene forma circular.
Martínez detalló que el acuerdo era “que si del dinero de la autopista quedaba un remanente, se podían hacer unas obras complementarias”, y para él la obra adicional más importante es “la ciclorruta”.
Las obras que no se hicieron de la licitación
En la carpeta técnica se plasmó que en el tramo II- A “entre las rampas de acceso y la rotonda del intercambiador de Merliot se desarrollara la construcción y el equipamiento de la Plaza de la Transparencia”, la cual contaría con áreas recreativas y juegos para niños, elementos decorativos como fuentes de agua interactivas, mobiliario urbano, cultural, parque y otros.
En el intercambiador, cerca de la finca El Espino y la avenida Jerusalén, se edificará la Plaza del Medio Ambiente, la cual “pretende revalorizar el sitio y el entorno”.
Ésta contendría una área de arborización, exhibición de esculturas y jardinería. También se iban a construir montículos con fundaciones para la colocación de esculturas.
Díaz explicó que se ha cumplido con lo que estaba en los planos, en el contrato y que en las áreas de las plazas solo se ha hecho terracería.
“En los planos de la Diego no aparecían obras de plazas, ni como una obra que había que ejecutar. Originalmente en el contrato no estaba plasmado más de lo que está”, expresó Díaz.
Pero reconoce que, “en algún momento se discutió el tema con el MOP. La plaza del Medio Ambiente no se puede hacer por el tráfico que transita en la vía rápida y nunca se plasmó como un parque”, agregó el representante.
En el tramo II-B, en las proximidades de Casa Presidencial, se ubicaría la Plaza de la Democratización, que tendría área de descanso (bancas y accesos, destinada a ser un espacio contemplativo) y de jardinería.
Tampoco se hizo la ventana arqueológica que se contemplo después de encontrarse, según la institución, con “un extenso campo de cultivo arqueológico (surcos)”.
En las bases de licitación el MOP establecía que haría una “estructura de hormigón armado con vidrio de seguridad e iluminación, y una pequeña placa donde se describirá el hallazgo”, que al final tampoco se construyó.