Papa inicia la Semana Santa y anuncia viaje

Francisco anunció que irá a Brasil para participar en encuentro juvenil en Río de Janeiro

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El Papa ofició su primera misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro.foto edh /reuters

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2013-03-24 7:00:00

El papa Francisco ofició su primera misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, animando a los fieles a ser humildes y jóvenes de corazón, mientras prometía asistir al Día Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.

Mientras, decenas de miles de asistentes llenos de fe agitaban ramas de olivo y hojas de palma en recuerdo de la entrada triunfal de Jesús a lomos de un burro en Jerusalén.

La plaza rebosaba con unos 250.000 peregrinos, turistas y romanos ansiosos de participar con el nuevo Papa en la ceremonia solemne que marcan el inicio de Semana Santa, que conduce a la Pascua de resurrección, el día más importante del cristianismo.

Apegado a su estilo espontáneo, el primer papa latinoamericano se apartó en varias ocasiones del texto preparado para su homilía para animar a los fieles a llevar una vida sencilla.

Con el pueblo

Al cabo de la misa, que duró dos horas, Francisco se quitó sus paramentos rojos, y vestido con sotana y solideo blancos, se subió a un papamóvil descubierto para circular entre la multitud. Estrechó manos, besó a bebés que le alcanzaban sus guardaespaldas y en ocasiones saludaba a los niños con la señal del pulgar.

Los agentes de seguridad del pontífice corrían en torno del vehículo para recoger a tal o cual bebé. Su jefe, Domenico Giani, siempre tenso, sonrió cuando Francisco le encargó transmitir un mensaje suyo a una mujer en la multitud.

En un momento, Francisco bajó del vehículo, besó a una mujer y conversó brevemente con ella, y otro hombre alargó el brazo para palmearle el hombro, un gesto que hubiera sido imposible durante el pontificado del discreto Benedicto XVI. El pontífice también besó la mano de una anciana que había tendido un brazo hacia él. “No hay duda de que habrá una nueva primavera para la iglesia, una renovación”, dijo la hermana Emma, una monja argentina.

El Domingo de Ramos recuerda la entrada de Jesús en medio de multitudes en Jerusalén, a lomos de un burro como señal de humildad, para ser posteriormente traicionado por uno de sus apóstoles y sentenciado a la postre por el pretor romano Poncio Pilatos a ser crucificado. —EDH/AGENCIAS