Disparos de agentes del Gopes causaron muerte a policía encubierto

El asesinato del agente significa la pérdida de un testigo para la Fiscalía en el proceso judicial

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El cadáver de César Alexander G. A. fue trasladado ayer a Ahuachapán, será sepultado hoy. Foto EDH / Marvin Recinos

Por Jorge Beltrán Luna ??scar Iraheta Arteaga sucesos@eldiariodehoy.com

2013-03-06 7:00:00

César Alexander G. A., agente Antinarcóticos, no murió por disparos realizados por cuatro personas capturadas y que hoy son procesadas por tráfico de drogas. Murió por balas disparadas por agentes del Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) que lo confundieron con uno de los sospechosos a quienes pretendían capturar durante una transacción de drogas. Es lo que afirman fuentes policiales, a este periódico.

De hecho, en la acusación que la Fiscalía General de la República (FGR) presentó el pasado lunes contra los cuatro capturados en el interior de un taller de carrocerías para camiones en el municipio de Apopa, a ninguno se le imputa el delito de intento de homicidio, según informó uno de los fiscales del caso, Miguel Cárcamo.

Carlos Napoleón Villeda, René Rodríguez Rodríguez, David Joel Córdova y Giovanni Antonio Hernández han sido acusados por tráfico de drogas, luego de que en el establecimiento hallaran casi un kilo de cocaína.

A Villeda, propietario del inmueble, le han agregado el delito de posesión y tenencia ilegal de armas de fuego debido a que allí hallaron un revólver del calibre 22 mm., y una escopeta.

El hecho ocurrió la tarde del pasado jueves 28 de febrero.

A otros capturados les decomisaron armas de fuego pero todas estaban registradas y tenían licencia para la portación. De acuerdo con abogados de los procesados, consta en las diligencias que ninguna de esas armas fue disparada y que ninguno de los detenidos tampoco disparó.

Fuentes policiales indican que no es cierto que César Alexander muriera porque la operación encubierta en la que trabajaban desde el 25 de febrero anterior, fuera descubierta por los traficantes y estos comenzaran a disparar, como lo ha dicho la Fiscalía, recientemente.

De acuerdo con las fuentes, la operación encubierta marchaba de acuerdo con lo previsto.

Intento de fuga

Sin embargo, las cosas tomaron un rumbo imprevisto cuando David Joel Córdova, apodado El Teniente, intentó escapar al cerco policial cuando se enteró de la presencia de policías.

El Teniente salió corriendo y César Alexander salió tras él pistola en mano.

El Teniente le llevaba mucha delantera a su perseguidor. En la huida, el Teniente intentó subirse a un techo, mientras que el policía César Alexander pistola en mano intentó saltar un muro sin percatarse de que al otro lado habían varios policías, parte del dispositivo que ya se había montado.

Cuando los policías del Gopes vieron al fulano que pistola en mano intentaba escalar el muro, creyeron que era uno de los objetivos a capturar y que los atacaría a ellos por lo cual hicieron varios disparos, uno de los cuales alcanzó a César Alexander en la cabeza.

Las fuentes afirman estar seguras de que todo fue a consecuencia de una mala coordinación entre los agentes antinarcóticos a cargo de la operación y los miembros del Gopes que les daban apoyo.

De acuerdo con las fuentes, la operación fue montada a la ligera luego de que, según también se indica en documentos judiciales, una persona llegara a la División Antinarcóticos y pidiera hablar con agentes antinarcóticos para proporcionarles información sobre varias personas que se dedicaban a la venta de droga.

Ese mismo 25 de febrero, luego de la entrevista con el informante anónimo, el jefe de la Unidad Antinarcotráfico de la Fiscalía hizo el trámite de ley para autorizar a César Alexander y a otro agente más, para que trabajaran como encubiertos.

Tres días después ya estaban en el lugar en el que supuestamente les venderían un kilo de cocaína.

Sin embargo, la droga no les fue decomisada a ninguno de los capturados, sino que fue encontrada por un perro entrenado.

Con el fallecimiento de César Alexander, la Fiscalía ha perdido uno de los dos testigos que tenían para fundamentar las acusaciones.

El lunes anterior, cuando se le preguntó al fiscal Miguel Cárcamo por qué la acusación no incluía el delito de intento de homicidio para alguno de los cuatro procesados, respondió que “la investigación estaba abierta” y que tal vez más adelante del proceso se acusaba en ese sentido, pues hacía falta hacer varias diligencias.