“Dicen que aquellas que están allá la entregaron”

Pocos días después de que Alisson desapareciera, en San Vicente ya sabían que dos de sus mejores amigas la habían entregado en manos de pandilleros.

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Según la Fiscalía, a Alisson Renderos la entregaron a pandilleros dos jóvenes que estudiaban en la misma escuela donde la atleta de lucha olímpica cursaba 9o. grado. foto edh

Por Jorge Beltrán Luna sucesos@eldiariodehoy.com

2013-01-17 7:55:00

Para la mañana del viernes 18 de mayo de 2012 ya habían transcurrido ocho días desde que Alisson Renderos había desaparecido del centro de la ciudad de San Vicente.

En el Centro Escolar Darío González ya se sabía que aquellas dos adolescentes que estudiaban en la misma escuela que la atleta, aquellas que lloraban “a moco tendido” mientras se oficiaba una misa para que la joven retornara sana y salva, tenían mucho que ver con la angustia que vivía la familia de la reconocida deportista vicentina.

Durante la misa, alguien se acercó para decirme al oído: “Aquellas dos que están allá, dicen que ellas la entregaron a unos pandilleros; con ellas se quedó hablando cuando salió de aquí para su casa”.

A partir de entonces decidí filmar a aquellas dos jóvenes, por si acaso era cierto lo que decían de ellas.

Un par de personas más me dijeron algo peor: que quizás les remordía la conciencia y que por eso estaban llorar y llorar. Ambas se fundían en abrazos y lloriqueos.

Solo habían pasado ocho días de la desaparición de Alisson, pero daba la impresión de que muchos en el Centro Escolar Darío González y fuera de éste sospechaban de la implicación de las dos jóvenes. Solo las autoridades aparentaban desconocer aquel rumor generalizado.

Me llamó la atención que, de todo el grupo de compañeras de Alisson, eran las que más dolor aparentaban. Cualquiera podría haber hecho suya la pena de ellas. Pero yo ya estaba advertido.

Al finalizar el oficio religioso, las dos chicas y el resto de compañeros se dirigieron al aula que les correspondía. Una de aquellas dos adolescentes, hermanas entre sí, continuaba llorando inconsolable. Quise hablarle, pero me esquivó. No insistí.

Luego me enteré de que aquellas dos jóvenes no tenían mucho tiempo de haber entablado una amistad con Alisson y que ella las había inducido a que practicaran lucha olímpica.

Las dos colegialas continuaron con las mismas muestras de pesar durante el funeral de la atleta vicentina, quien fue encontrada mutilada y enterrada en una tumba clandestina del cantón San Antonio tras el Cerro, a unos cinco kilómetros de la ciudad de San Vicente.

Pocos días después, el tiempo se encargaría de confirmar que aquellas dos muchachas, una de ellas con relaciones de pareja con un cabecilla de la Pandilla 18 de San Vicente, serían ligadas a las investigaciones por el crimen contra Alisson Renderos, la campeona nacional de lucha olímpica en la categoría de los 43 kilos.

La investigación en contra de las dos jóvenes, hilvanada a partir de un relato de un pandillero con beneficios judiciales a cambio de su colaboración (criterio de oportunidad), describiría cuál fue el papel que ambas escolares jugaron en el asesinato de Alisson.

Ellas la llevaron hasta una casa destroyer y allí un cabecilla interrogó a Alisson. La respuesta de ella derivó primeramente en tortura.

Las investigaciones señalan que ambas presenciaron esas torturas, peor luego fueron evacuadas del lugar.

Ayer comenzaron a ser enjuiciadas.

Muchos salvadoreños han expresado a través de las redes sociales de este periódico temor por que no se haga justicia y por que los asesinos reciban penas poco severas o, en el peor de los casos, sigan viviendo en la impunidad.