En Venezuela, enfermos de zika no consiguen repelentes ni aspirinas

Denuncian que Maduro intenta ocultar las cifras oficiales de casos

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elsalvador.com

Por Agencias Internacionales

2016-02-02 8:45:00

CARACAS. El desabastecimiento en Venezuela no es ninguna novedad. En distintos medios tanto nacionales como internacionales desde hace meses se denuncia que no hay alimentos, que los precios están por las nubes por la poca cantidad, y que las góndolas de las farmacias están vacías.

 De hecho, el pasado martes 26 de enero, la Asamblea Nacional (AN, unicameral) declaró “una crisis humanitaria de salud” en el país ocasionada por la escasez de medicamentos, de equipos médicos y el deterioro de las instituciones públicas sanitarias.

A través del texto aprobado, el Parlamento acordó “exigir al régimen chavista garantizar de manera inmediata el acceso a la lista de medicamentos esenciales que son básicos, indispensables e imprescindibles y deben ser accesibles en todo momento”.

El acuerdo hace un exhorto al Ejecutivo a que “permita el envío de medicamentos de particulares de otras naciones a Venezuela y dentro del territorio nacional”, una posibilidad que había sido prohibida por el régimen.

Ya de por sí la falta de productos en un problema. Pero la situación se complica más por la epidemia de zika que golpea de lleno al continente.

Son varios los factores que influyen: por un lado, la escasez de repelentes de mosquitos y las acumulaciones de basura en muchas ciudades, y en especial, en barrios pobres, donde además se almacena agua, a menudo en recipientes abiertos, porque el servicio es irregular y ha empeorado por la actual sequía. Por otra parte, la escasez de preservativos y de píldoras anticonceptivas contribuye al aumento de embarazos no deseados en Venezuela, donde el aborto es ilegal a menos que la salud de la mujer esté en riesgo.

La escasez que viven a diario los venezolanos también podría comprometer el diagnóstico. El papel usado para imprimir ecografías, por ejemplo, es escaso o es excesivamente costoso, lo que podría dificultar la detección de malformaciones cerebrales en los bebés, una condición relacionada con el zika.

Desde el régimen intentan silenciar la situación. Según médicos venezolanos y a una gran parte de la oposición, el gobernante Nicolás Maduro podría estar subestimando el número de casos de zika, lo que afectaría en forma directa los esfuerzos para combatir el mosquito que transmite la enfermedad.

Alrededor de 4,700 casos sospechosos fueron reportados en el país, dijo la semana pasada la ministra de Salud de Venezuela, Luisana Melo, en una primera estimación oficial del virus que se vinculó a malformaciones en bebés recién nacidos en Brasil.

El ministerio dejó hace más de año de emitir boletines semanales de salud, lo que significa que no hay datos públicos históricos, ni estadísticas geográficas de los brotes de fiebre inusual, por ejemplo.

Alarmados, los médicos dicen que en Venezuela, que sufre una escasez tanto de los medicamentos para bajar la fiebre como de los repelentes contra mosquitos, hay muchos más casos de zika. De hecho, podrían estar en un rango de 240,000 a 500,000, según el infectólogo Julio Castro, que basa sus cálculos en sus proyecciones algorítmicas y boletines de salud oficiales que le han filtrado.

La estimación oficial de 255 casos de la enfermedad de Guillan Barré, un síndrome autoinmune que puede causar parálisis, es un indicio adicional del brote de zika en Venezuela, argumentó. Al igual que la microcefalia, los casos de Guillan Barré se sospecha que puedan estar vinculados al zika, aunque esto aún no está comprobado científicamente. “Si el Gobierno no reconoce la magnitud de la crisis, no actúa al respeto, va a seguir en ascenso el número de casos de zika”, agregó José Manuel Olivares, jefe de la Comisión de Salud de la Asamblea.