Anaqueles vacíos en las panaderías debido a la escasez de harina

Negocios racionan el producto a los clientes para evitar el cierre forzoso debido a la falta de insumos.

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elsalvador.com

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2016-02-25 9:18:00

Las panaderías de la capital venezolana lucen con anaqueles vacíos y los panaderos están desesperados por la falta de harina y trigo. Afuera de los establecimientos hay largas colas de ciudadanos con bolsas vacías buscando algo que poder comprar.

“Bienvenidos a la Panadería Codazzi, la panadería que no tiene pan”. Roberto Rodríguez es uno de los panaderos más queridos de Los Chaguaramos, barrio de emigrantes cerca del estadio de béisbol de Caracas. 

El hijo de portugueses, de 45 años, con 22 al frente del establecimiento, despacha la amargura de sus clientes. 

Desde el lunes pasado ya no vende barras de pan, alimento básico en la canasta familiar venezolana. Como él, también la mayoría de los locales de la capital. 

“Sólo me quedan cuatro sacos de harina y los necesito para abrir todos los días y servir desayunos. Para el final de la semana me han prometido 20 sacos (45 kilos cada uno), pero… Llevamos tiempo así, nosotros consumimos cada día entre 10 y 8 sacos”, explica antes de que un cliente entre a su local y pregunte si quedan canillas (barra normal, a precio regulado por el gobierno). “No hay en todo el día”, contesta Rodríguez. 

El hombre se marcha, bolsa de plástico en mano, como casi todos sus vecinos. Va camino de otra panadería o en búsqueda de una cola. 

Los caraqueños parecen zombis en su ciudad, caminando de un lado a otro armados con bolsas vacías. 

“Esto no es lo que el comandante Chávez prometió”, farfulla otro tras comprobar desolado los anaqueles vacíos de su local favorito.

Un recorrido por la capital, de este a oeste, confirma que la situación es crítica. Así lo advierte Juan Crespo, presidente de la Federación de Trabajadores de la Harina (Fetraharina), quien ante la escasez aguda ha exhortado a sus afiliados a racionar el pan.

“Nosotros también hemos racionado, ¡claro! Ya hubiéramos cerrado de no ser así: dos canillas por persona y un campesino (barra más grande). Y siempre hay cola para comprar”, confirma Joao Freitas, encargado de la Panadería Girasol, en El Hatillo. 

Con casi 20 años de experiencia, también es portugués en un sector copado por sus paisanos, que han fabricado pan para venezolanos durante décadas.

Desde que trabaja en la panadería nunca había pasado por una situación tan grave. “Es la primera vez porque este modelo no funciona”, explica atrevido pero con las reservas lógicas. 

Se espera que en marzo llegue un cargamento de 177 mil toneladas de trigo, que permitirá paliar la situación que atraviesa el sector panadero y mantener los inventarios de este rubro en todo el país.

El anuncio fue hecho ayer, tras una reunión entre la  Federación Venezolana de Industrias de Planificación y Afines (Fevipan) y el ministro de Alimentación, Rodolfo Marcos Torres.

El trigo será trasladado en seis buques que ya cuentan con su denominación, de los cuales tres fueron contratados por el Estado y tres por el sector privado. Además, 90 mil toneladas de trigo panadero llegarán en abril para garantizar la rotación en la cadena productiva.
En Venezuela, “el Estado es el encargado de traer el trigo”, explica Rodríguez. 
“La importación la realiza la empresa estatal CASA”, precisa Crespo. 
Venezuela no produce harina de trigo y al existir control de cambio, impuesto hace 13 años por Hugo Chávez, todo pasa por el Estado, encargado de cambiar los devaluados bolívares venezolanos por dólares. 
La terrible crisis económica y la caída del precio del petróleo han limitado la entrada de divisas al país, por lo que el chavismo no tiene dólares para cambiarlos a quiénes lo solicitan. “Sabemos que no hay barcos en tránsito ni órdenes de compra en proceso”, sentencia el presidente de Fetraharina, horas antes de que se anunciara la llegada del cargamento de trigo.