Mauricio Macri llama a un ???diálogo nacional??? y advierte que combatirá la corrupción

Anuncia que otra de las ideas centrales de su gestión será llegar a “pobreza cero”

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elsalvador.com

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2015-12-10 9:00:00

BUENOS AIRES.  Mauricio Macri, el nuevo presidente de Argentina hasta 2019, convocó ayer a “todos a aprender del arte del acuerdo” en su primer discurso como jefe de Estado, en el que llamó a la unidad y adelantó que, en el país, se viene un “tiempo nuevo, de diálogo y trabajo en equipo”.

Con un discurso conciliador prometió combatir la corrupción y pidió la colaboración de todos los sectores políticos para hacer frente a los desafíos económicos.

Macri, un tecnócrata conservador de 56 años, juró el cargo ante los presentes reunidos en el Congreso, adonde no acudió la presidenta saliente Cristina Fernández ni la mayoría de los legisladores peronistas que le responden. Gabriela Michetti juró a su vez como vicepresidenta.

En su primera alocución como mandatario de Argentina, Macri sostuvo que la prioridad de su gobierno será alcanzar la “pobreza cero”, combatir la corrupción y el narcotráfico y unir a los argentinos.

“Este gobierno va a combatir la corrupción. Los bienes públicos pertenecen al conjunto de los ciudadanos y es inaceptable que un funcionario se apropie de ellos en beneficio propio”, remarcó.

“Voy a ser implacable con aquellos de cualquier partido o filiación política, sean propios o ajenos, que dejen de cumplir la ley. No habrá tolerancia con esas prácticas abusivas”, agregó durante un discurso de unos 25 minutos.

El mandatario dijo que sus compatriotas “están cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil” y convocó “a todos a aprender el arte del acuerdo”.

“Está en nuestras manos superar las situaciones que nos han separado del camino del crecimiento”, dijo el presidente, que convocó a la unidad nacional reiteradamente en su discurso, el cual fue ovacionado en varias ocasiones.

“En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos”, afirmó.

Macri convocó “a todos a aprender el arte del acuerdo”. “Argentina es un país con realidades distintas que deben integrarse en un país unido. Queremos el aporte de todos… peronistas y antiperonistas. Los argentinos están cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil”, dijo.

También envió señales de acercamiento a la región, algunos de cuyos líderes fueron fuertes aliados del kirchnerismo y críticos de su elección.

“Creemos en la unidad y la cooperación de América y el mundo”, dijo, agregando que “es necesario superar el tiempo de la confrontación”.

“Sostendremos todos nuestros reclamos soberanos sin que eso impida un normal mantenimiento de las relaciones con todos los países del mundo”, agregó. 

El gobernante prometió a su vez respetar la independencia de poderes.

“No puede haber jueces militantes de ningún partido”, señaló, diciendo que no aceptará que los magistrados sean parciales a su gobierno.

Acabar con el narco

En cuanto al narcotráfico, ha reconocido que es “otro de los grandes desafíos” y ha prometido que trabajará “como ningún otro gobierno lo hizo antes” para acabar con este problema, que es uno de los que más preocupa a los argentinos.

“Vamos a encarar este tema de frente y vamos a trabajar con inteligencia y decisión para devolver la tranquilidad y la seguridad a las familias”, se ha comprometido, si bien ha reconocido que se trata de “un tema difícil y complejo”.

La pobreza

Aseguró que su objetivo es un país en el que “haya cada día más igualdad de oportunidades y no haya argentinos que pasen hambre” y para ello “el Estado va a estar para todos, especialmente para los que menos tienen”.

En este sentido, ha prometido que su Gobierno trabajará para “universalizar la protección social”, “para que todos puedan tener un techo con agua corriente” y también para “urbanizar las villas”, nombre con el que se conocen en Argentina los barrios marginales.

Pero, ha reconocido el flamante presidente, para que esto sea posible es necesario “generar trabajo, cambiar la economía, aprovechar los enormes recursos naturales que tiene Argentina”.

Posteriormente Macri recibió en la sede de gobierno la banda y el bastón presidenciales de manos del titular provisional del Senado Federico Pinedo, del frente Cambiemos que lidera el flamante mandatario, ante la falta de un acuerdo con Fernández.

Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983, un mandatario saliente no entregó los atributos de mando a su sucesor.

Un sonriente Macri saludó a los asistentes con el bastón en la mano y luego estrechó manos con los invitados extranjeros presentes: las presidentas de Chile, Michelle Bachelet, y Brasil, Dilma Rousseff; el mandatario de Bolivia, Evo Morales; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Ecuador, Rafael Correa, y de Perú, Ollanta Humala, entre otros.

Luego salió al balcón de la Casa Rosada, donde acompañado por su esposa Juliana Awada, su pequeña hija Antonia y la vicepresidenta prometió a los argentinos “siempre decirles la verdad y mostrarles cuáles son los problemas porque sé que ustedes son suficientemente capaces e inteligentes para, trabajando juntos, resolverlos”.

Mientras tanto, miles de seguidores con banderas argentinas coreaban “Se siente, Macri presidente” y “Sí se pudo”.

El antiguo gobernador de Buenos Aires y ex presidente del Boca Juniors ha tratado de mostrarse cercano durante distintos momentos de su discurso, asegurando que va a “seguir siendo el mismo” y que dará “lo mejor” de sí mismo en su nuevo cargo y será un ciudadano más “que se pueda comunicar con todos los argentinos”.