Niños migrantes ahogados fueron enterrados en Siria por su padre

Los tres cuerpos fueron transportados en avión a una ciudad turca fronteriza con Siria desde la cual vehí­culos fúnebres con escolta policial los llevaron a Kobani.

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elsalvador.com

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2015-09-04 7:49:00

 El migrante sirio que sobrevivió a un naufragio durante una travesí­a desesperada de Turquí­a a Grecia enterró a su esposa y dos hijos el viernes en su ciudad natal de Kobani, en la región curda siria desgarrada por la guerra de la que habí­an huí­do.

Abdullah Kurdi abandonó sus planes de dejar su paí­s. “Querí­a ir a Europa por el bien de sus hijos”, dijo su tí­o Suleiman Kurdi. “Ahora que han muerto, quiere quedarse aquí­ en Kobani con ellos”.

La imagen del cuerpo de Aylan Kurdi, de tres años, en una playa turca atrajo las miradas del mundo a la ola de migración impulsada por la guerra y las privaciones.

Los tres cuerpos fueron transportados en avión a una ciudad turca fronteriza con Siria desde la cual vehí­culos fúnebres con escolta policial los llevaron a Kobani. Legisladores turcos acompañaron a Abdullah Kurdi hasta Kobani. A los periodistas y un grupo de gente solidaria se les impidió pasar un retén a tres kilómetros de la frontera.

Decenas de dolientes se agruparon en torno de los cuerpos cuando los tendieron en la tierra seca y yerma del Cementerio de los Mártires. Las paladas de tierra alzaron nubes de polvo.

Algunas tumbas están marcadas de manera improvisada con bloques de concreto.

El cuerpo de Aylan apareció en una playa turca poco después que zozobró el bote de goma en el que viajaba con su familia. Vestí­a calzado de tenis, pantalones cortos azules y camisa roja. En total, 12 migrantes murieron ahogados frente a la costa turca de Bodrum ese dí­a.

La ruta entre Bodrum, en Turquí­a, y Kos, a sólo unos pocos kilómetros (unas millas), es una de las más cortas entre Turquí­a y las islas griegas, pero sigue siendo peligrosa. Cientos de personas al dí­a tratan de cruzarla a pesar de los riesgos bien conocidos.

Abdullah Kurdi dijo que la embarcación sobrecargada volcó momentos después de que el capitán, que fue descriro como un hombre turco, entró en pánico y abandonó el barco, dejando a Abdullah como el capitán de facto de un pequeño bote superado por un mar agitado.

En un comunicado de la policí­a, filtrado después a la agencia de noticias turca Dogan, Abdullah Kurdi dio un relato diferente, negando que haya habido un contrabandista a bordo. Sin embargo, los contrabandistas a menudo instruyen a los migrantes que si son detectados, deben negar su presencia.

Un legislador canadiense dijo que la familia, que huí­a del conflicto en Siria, habí­a sido rechazada en un intento de ingresar legalmente a Canadá a pesar de que tení­a parientes cercanos que les ofrecieron apoyo financiero y refugio, pero el Departamento de Ciudadaní­a e Inmigración de Canadá dijo más tarde que la solicitud fue presentada incompleta y que no cumplí­a con los requisitos reglamentarios.