Tensión Venezuela y EE. UU. llegará hasta Cumbre en Panamá

Internacionalistas aseguran que el régimen intentará polarizar la reunión de jefes de Estado

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elsalvador.com

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2015-04-04 7:00:00

WASHINGTON. La creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos será una piedra en el zapato para los líderes que asistirán a la VII Cumbre de las Américas, que en principio parecía destinada a ser una celebración del acercamiento entre Washington y La Habana.

Pero el clima de festejo fue suplantado por una creciente preocupación desde el pasado 9 de marzo, cuando el presidente de EE. UU., Barack Obama, amplió unas sanciones ya aplicadas a Venezuela y declaró a ese país como una “amenaza extraordinaria” a la “seguridad nacional”.

El internacionalista Kenneth Ramírez afirmó que la diplomacia venezolana presionará para que la declaración final tome en consideración las sanciones estadounidenses contra funcionarios del régimen por presuntas violaciones a los derechos humanos. “Nicolás Maduro podría buscar acorralar al presidente Barack Obama con señalamientos de que las sanciones a los funcionarios venezolanos buscarían derrocarlo”, dijo.

El analista Tony De Viveiros, no descarta presiones por parte de Raúl Castro sobre Venezuela para no perder protagonismo durante la reunión. “Esta cumbre podría ser la más difícil para Estados Unidos desde el encuentro de 2005 en Mar del Plata, cuando hubo un boicot contra el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca)”, afirmó.

Para el profesor de la Universidad George Washington, Roberto Izurieta sostiene que Obama asistirá a las plenarias de la cumbre y tendrá un par de encuentros bilaterales con mandatarios como el de México, Enrique Peña Nieto, o la de Brasil, Dilma Rousseff, pero evitará el contacto directo o “la foto” con Maduro.

Venezuela ha protestado en todos los foros internacionales y Maduro ha dado por sentado que esa declaración comprueba los “planes de agresión” que tiene contra su país EE. UU., al que acusa de dirigir una trama dirigida a derrocarlo.

Las condenas más duras fueron manifestadas por los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), incluida la propia Cuba.

El gobernante boliviano, Evo Morales, cuyo país también integra la Alba, subió más el tono y exigió que Obama derogue la declaración y le “pida perdón” a Venezuela, pues de otro modo se enfrentará en Panamá a los líderes “antiimperialistas” de Latinoamérica.

Otros países, como es el caso de Brasil, se han limitado a sentar posición mediante organismos regionales, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que calificó la postura de EE. UU. como una “amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no intervención” en los asuntos de otros Estados.

La Casa Blanca, por su parte, negó que esté involucrada en tramas golpistas en Venezuela, sostuvo que un diálogo con el régimen de Maduro, como propuso la OEA, “no resolverá los problemas” del país y confirmó que Obama se propone tratar el asunto con todos los líderes latinoamericanos en Panamá. —AGENCIAS.