“Ser sancionado por régimen de Maduro nunca me disuadirá de alzar la voz”

El sábado, el gobernante chavista Nicolás Maduro anunció medidas que afectan a ciudadanos y funcionarios de EE. UU.

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elsalvador.com

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2015-03-01 7:00:00

WASHINGTON. Los senadores y estadounidenses le respondieron de forma inmediata al gobernante Nicolás Maduro al prohibirles la entrada a Venezuela.

El presidente de la Comisión de Asuntos Extranjeros del Senado norteamericano, Robert Menéndez, acusó a Maduro de “violar los derechos humanos”.

El demócrata es autor del “Proyecto de Ley para la Defensa de Derechos Humanos y Sociedad Civil de Venezuela”, propuesta que fue aprobada en diciembre pasado por el Senado de EE. UU.

“Las fallidas políticas económicas del presidente Maduro y las tácticas de mano dura del régimen contra los manifestantes pacíficos y transeúntes inocentes son directamente responsables del sufrimiento innecesario del pueblo venezolano”, dijo el senador demócrata tras el anuncio de Maduro de un conjunto de medidas en respuesta a las “agresiones” de EE. UU., incluyendo la prohibición del ingreso al país del exmandatario George W. Bush, exfuncionarios y legisladores que llamó “terroristas”.

La medida para no otorgar visas afecta a Menéndez, como así también al exvicepresidente Dick Cheney, el ex jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) George Tenet y los legisladores Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, y Mario Díaz-Balart.

“Las violaciones de derechos humanos son una nueva constante en la Venezuela de hoy. El asesinato de Kluiverth Roa, de 14 años de edad, y la detención arbitraria del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, demuestran que el régimen de Maduro irá a cualquier extremo para matar, dañar, herir, y reprimir a su pueblo”, señaló.

“El ser sancionado por el régimen de Maduro nunca me disuadirá de alzar la voz en contra de la ruina causada por su gobierno. Esta táctica es un intento hueco y transparente para reubicar el foco de atención lejos de sus defectos, pero el récord de la miseria que ha causado es demasiado grande como para ignorarlo”, dice.

“El pueblo de Venezuela merece un futuro mejor. Insto a la administración del presidente Obama a avanzar rápidamente con las sanciones a los violadores de derechos humanos aprobadas por el Congreso el año pasado”, agregó.

“Seguiré hablando/trabajando en contra de los abusos de derechos humanos en Venezuela, aunque me prohíban viajar allí”, escribió en su cuenta oficial de Twitter el senador demócrata, utilizando el hastag #SanctionedByMaduro.

En un discurso en las afueras de la casa de gobierno en Caracas, Maduro dijo el pasado sábado que los que integran esa lista de prohibición “no podrán entrar al país por terroristas”.

Además, el sucesor de Chávez dijo que ordenó a su canciller a reducir el número de funcionarios de Estados Unidos en la embajada de Caracas y que notifiquen “expresamente” de todas sus reuniones en la nación sudamericana.

Junto con el republicano Marco Rubio, Menéndez presentó el pasado jueves una resolución en la Cámara alta de Estados Unidos rechazando “la represión violenta de las manifestaciones pacíficas en Venezuela” y solicitando al presidente Barack Obama sanciones contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

Menéndez también pidió recientemente a John Kerry que no retire a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo alegando que acoge a prófugos de la Justicia norteamericana y es un “refugio” para miembros de la organización terrorista ETA (España) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Por su parte, la congresista Ileana Ros-Lehtinen escribió en Twitter: “Orgullosa de ser prohibida de entrar a Venezuela por el dictador Maduro. Seguiré luchando a favor de los DDHH”.

Asimismo, el congresista Mario Díaz-Balart escribió, con ironía, en la misma red social: “Siempre he querido viajar a un país corrupto y sin democracia. ¡Y ahora el perrito faldero de Fidel Castro no me deja!”.

La semana pasada, Díaz-Balart denunció “la represión brutal” a la que están siendo sometidos los opositores en Venezuela.

“Maduro está desesperado por aferrarse al poder”, según Díaz-Balart, quién consideró que “el legado de Chávez-Maduro de una inflación galopante, escasez, corrupción e intolerancia a cualquier oposición han quebrado Venezuela, corrompido sus instituciones democráticas y reprimido una sociedad civil otrora vibrante”, añadió

Maduro acusa con frecuencia a gobiernos extranjeros – en particular a EE. UU.– de orquestar conspiraciones, intentos de golpe de Estado y planes de asesinato, pero no presenta pruebas de ello.

Mientras, el Papa Francisco exhortó ayer a rechazar la violencia en Venezuela al recordar que “está viviendo nuevamente momentos de aguda tensión” y animó a reabrir un diálogo “sincero y constructivo”. “Rezo por las víctimas y en particular por el chico asesinado hace pocos días en San Cristóbal”, dijo Francisco tras el rezo dominical del Ángelus.

Cortina de humo

Washington ha calificado como risibles tales acusaciones y considera “deplorable” que el gobernante venezolano acuse reiteradamente de conspiración a EE. UU. para desviar la atención de los problemas que lo aquejan.

El descontento crece en la población en momentos que Venezuela se encuentra sumida en una profunda crisis económica por una desbordada inflación que en el 2014 cerró en 68.5 %, por severos problemas de desabastecimiento y una recesión que podría agravarse este año por el descenso de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país.

Nuevas fricciones surgieron entre Venezuela y EE. UU. luego de la implementación de una ley firmada en diciembre por el presidente Barack Obama que ordenó suspender visas y congelar bienes en EE. UU. a funcionarios venezolanos acusados de violar derechos humanos durante las protestas callejeras que dejaron 43 muertes en la nación sudamericana en el 2014.

El Departamento de Estado ha suspendido hasta ahora las visas a 56 funcionarios de Venezuela y a sus familiares directos, pero aún no ha aplicado la confiscación de bienes. —AGENCIAS.