Muere joven estadounidense secuestrada por terroristas

La cooperante era rehén del grupo extremista Estado Islámico

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elsalvador.com

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2015-02-10 7:00:00

WASHINGTON. El Gobierno de Estados Unidos confirmó ayer la muerte de la cooperante Kayla Mueller, de 26 años, en lo que supone la cuarta muerte de un estadounidense en manos del grupo terrorista Estado Islámico (EI).

Desde el pasado viernes, las agencias de inteligencia estadounidenses trataban de corroborar la información aportada por los yihadistas según la cual Mueller había muerto en los bombardeos lanzados en Siria el 6 de febrero por las Fuerzas Aéreas de Jordania, como represalia al anuncio del asesinato del piloto jordano Muaz Kasasbeh la semana pasada.

El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó a los padres de Kayla, Carl y Marsha Mueller, para “ofrecerles sus condolencias y oraciones” y agradecerles el “compromiso” de su hija por “ayudar a los que más lo necesitaban”.

En la conversación, Obama se comprometió “a perseguir sin descanso a los terroristas responsables del cautiverio y muerte” de la joven cooperante y recalcó que su Gobierno “está preparado para ayudar a la familia en las difíciles semanas y meses que hay por delante”, de acuerdo con Bernadette Meehan, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

El mandatario reveló que en agosto pasado que había lanzado una misión secreta en Siria para lograr la liberación de varios rehenes, entre ellos Mueller y el periodista estadounidense James Foley, secuestrado en Siria en 2012 y decapitado en 2014, pero la misión no tuvo éxito porque no se acertó en su localización.

La confirmación definitiva se produjo después de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) comprobó la autenticidad de unas fotografías enviadas a la familia de Mueller en un correo electrónico por parte de los yihadistas durante el fin de semana.

Sin embargo, las autoridades estadounidenses no han ofrecido detalles del lugar ni las circunstancias de la muerte de la joven cooperante, que había sido capturada en agosto de 2013 cuando salía de un hospital en la ciudad siria de Alepo.

Mueller había estado trabajando en la frontera entre Turquía y Siria, ayudando a algunos de los miles de refugiados que huían de la guerra civil siria.

Este conflicto era solo uno más en los que participó la ciudadana americana con la esperanza de marcar una diferencia.

Desde su graduación en la Universidad de Arizona en 2009, dedicó su vida a ayudar a los más necesitados del todo el mundo. India, Israel y Palestina fueron algunos de los territorios donde brindó su ayuda.

Ayer, se conoció una carta que la asistente humanitaria le escribió a su familia el año pasado. En la nota revela sentirse “cerca de Dios” y pide “perdón” por el “sufrimiento causado”.

“En la oscuridad he visto la luz. He aprendido que incluso en reclusión se puede ser libre”, decía la carta escrita a mano por Mueller y que fue contrabandeada fuera de los muros de la cárcel por otros rehenes cuando fueron liberados por el EI.

Esta es la cuarta muerte de un rehén estadounidense del Estado Islámico, después de los decesos de los periodistas James Foley y Steven Sotloff y del trabajador humanitario Peter Kassig el año pasado.

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, adelantó que Washington tiene constancia de “al menos” otro ciudadano estadounidense retenido en Oriente Próximo, aunque eludió precisar el país o la identidad de sus captores.

Podría tratarse del periodista Austin Tice, quien desapareció en agosto de 2012 a las afueras de Damasco, y cuyos padres han revelado su identidad para tratar de lograr su liberación. —AGENCIAS.