Ola criminal ahuyenta y encierra a los venezolanos

Una encuesta refleja que no hay confianza en el sistema de justicia

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elsalvador.com

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2015-02-08 7:00:00

CARACAS. En la encuesta sobre Condiciones de Vida de Venezuela 2014, que realizaron la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Católica Andrés Bello, los sondeados concluyen en que no confían en el sistema de justicia, cambiaron sus hábitos de socialización para protegerse y pensaron en irse de su comunidad, o del país, porque se sienten amenazados.

El estudio sobre seguridad personal que elaboró Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia, evidencia que 62 % de los encuestados siente temor y ha estudiado la posibilidad de mudarse de sus comunidades.

El investigador apunta que aunque Venezuela no es un país en guerra el concepto de “desplazados” se está evidenciando en familias que se van al interior del país porque son víctimas de la violencia, o aquellos que, dependiendo de su capacidad adquisitiva, deciden emigrar.

El diario El Nacional ilustra la situación de los venezolanos con el caso de Manuel Betancourt, quien, el 31 de octubre de 2011, viajaba en el Metro con temor, pero alerta. Había leído de un nuevo modus operandi en el que hacían secuestros exprés a personas en el subterráneo para pedirles sumas de 5,000 bolívares ($795.65) a sus familiares, mientras los paseaban amenazados en el sistema de transporte. Una marca en su pecho y en su espalda no lo deja olvidar ese día.

Betancourt fue bajado del tren en la estación La Bandera apuntado con una pistola, le pidieron el celular y como no tenía uno lo suficientemente costoso recibió un tiro en el pecho que le rozó el pulmón y traspasó su cuerpo.

Tras el incidente, Betancourt decidió emigrar del país. “Estoy en Colombia donde hay personas víctimas de desplazamiento por guerra. Yo decía que ustedes tienen una razón cierta para irse porque están en una situación de guerra, pero en Venezuela no hay un grupo terrorista atemorizando sino ciudadanos comunes”, expresó.

Briceño León puntualiza 75,000 personas quedaron heridas en 2014 y que han perdido la calidad de vida luego de que se convirtieron en víctimas. Ahora viven con miedo y con una huella de ese miedo en el cuerpo, por lo que debieron cambiar sus hábitos.

La encuesta refleja que 78 % de las personas tiene temor a viajar en transporte público, 55 % no se siente segura en su vivienda y 64 % ven la calle como un posible lugar para ser asaltados en el día. Mientras que 62 % limita su diversión porque vive con miedo, 60% estudia en lugar donde va a comprar y 43 % evalúa los sitios de trabajo o estudio.

Otro ejemplo: la familia Cuéllar tiene miembros de su núcleo que los han asaltado entrando a su casa, han hurtado sus pertenecías dentro de sus viviendas y los han robado a mano armada en plena luz del día. Ahora evitan las salidas nocturnas, tratan de mantenerse en zonas conocidas de Caracas.

La investigación arrojó que 47 % de los encuestados considera que los vecinos son una protección para la delincuencia y 46 % cree que la policía no los protege. La falta de confianza en el Estado sería un motivo para que 13 % de los encuestados considere armarse.

Para el director del Observatorio Venezolano de Violencia la salud mental de Venezuela tiene un diagnóstico: en Venezuela se vive atemorizado. “El venezolano tiene una situación de impunidad que no es posible darle respuestas”.

El estudio concluye: “En Venezuela, unos pierden la vida; otros, los sobrevivientes, han perdido la calidad de la vida y la libertad”. —AGENCIAS.