El presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén alabó la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) como un modelo por seguir durante la XIII reunión del bloque en La Habana.
Apenas cinco horas duró una cumbre a la que asistieron la mayor parte de los presidentes de la alianza bolivariana, entre ellos el de Venezuela, Nicolás Maduro; el de Bolivia, Evo Morales; Nicaragua, Daniel Ortega, así como los mandatarios de los países caribeños de Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
Faltó Rafael Correa, el presidente de Ecuador, quien envió a la cumbre de la ALBA a su vicepresidente, Jorge Glas.
En su discurso, Sánchez Cerén se refirió a Alba como “un noble legado que nos deja nuestro amigo y compañero Hugo Chávez, y estamos llamados a cuidar, querer y compartir ese legado como lo ha hecho nuestro compañero Fidel y todos ustedes acá presentes”.
Según sus palabras, “los logros de Alba han sido posibles por una nueva plataforma económica, basada en la inversión social, integración energética, fomento de inversiones de capitales de la región, concertación de posiciones en la esfera multilateral y defensa de la soberanía de nuestra América”.
Específicamente se refirió a los programas de alfabetización y post-alfabetización han permitido declarar territorios libres de analfabetismo en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, “inspirando y apoyando a otros, como es el caso de El Salvador, para seguir por ese mismo camino”, así como el desarrollo del proyecto de Alba Petróleos, el cual atribuyó al fallecido dirigente comunista Schafik Handal.
Afirmó que “el modelo de comercio justo” que impulsa Alba “ha favorecido el intercambio comercial y crecimiento productivo del sector empresarial a todos los niveles en El Salvador”.
“Nuestro gobierno a través del Ministerio de Economía está negociando un Acuerdo de Alcance Parcial y también incursionando en la iniciativa del Sistema Unitario de Compensación Regional, SUCRE”, abundó.
La reunión de Alba concluyó ayer mismo con una declaración de 43 puntos, entre los que se incluye “solidaridad” con Venezuela, así como su “más enérgica condena” ante un proyecto de ley del Congreso de EE. UU. para sancionar a funcionarios venezolanos.
A este respecto, Sánchez Cerén expresó que “fieles al principio de autodeterminación de los pueblos, nos oponemos a cualquier medida unilateral como el bloqueo a Cuba y la inclusión en listas discrecionales de este país o de cualquier otro”.
Por su parte, Maduro mantuvo su ataque verbal contra el “imperio” estadounidense, su Congreso y su presidente, Barack Obama, y contra los que denominó “satélites aliados”, en alusión al reciente roce con el gobierno español.
“Provoca romper las relaciones diplomáticas y políticas con el Gobierno de EE. UU… cerrar la embajada allá, cerrar todos los consulados y punto, se acabó, y que se vaya la embajada de (EE. UU.) acá, completica”, subrayó.
Maduro también dijo a sus aliados de Latinoamérica que quería expandir el programa Petrocaribe, no mencionó el impacto de la caída de más un 40 por ciento en los precios del petróleo desde junio.