Reñida elección en Brasil y agresiva campaña electoral

Candidatos cierran proselitismo entre más denuncias de corrupción, promesa de demanda y guerra de sondeos

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elsalvador.com

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2014-10-24 9:00:00

BRASILIA. La disyuntiva que casi 143 millones de brasileños llevarán consigo a las urnas mañana al decidir si reeligen a la presidenta izquierdista Dilma Rousseff o apuestan por su rival conservador Aécio Neves es clara: ¿Se puede reactivar la economía sin dejar de reducir la desigualdad social?

El Partido de los Trabajadores de Rousseff encabezó un periodo de crecimiento económico de una década que sacó de la pobreza a millones de brasileños. Pero la economía se desaceleró en los últimos años y el electorado debe pronunciarse ahora acerca de quién es la persona más indicada para reactivarla, si la presidenta, una exguerrillera que mantuvo los programas sociales iniciados por su predecesor y correligionario Luiz Inacio Lula da Silva, o el senador y miembro de una dinastía política, quien sorprendió al terminar segundo en la primera ronda de los comicios.

Pero la segunda vuelta electoral de mañana se perfila como la más reñida e impredecible desde el fin de la dictadura militar en 1985.

La disputa se volvió hostil y han abundado las denuncias de corrupción y nepotismo, factores que han contaminado la política brasileña por décadas.

De hecho, ayer Rousseff denunció como un “acto de terrorismo electoral” un reporte de una revista que insinúa que ella y su predecesor estaban al tanto de un ardid de corrupción en la paraestatal Petrobras.

El reporte, publicado ayer en el semanario Veja, ocurre dos días antes de las elecciones presidenciales que coronan una dura y enconada campaña en la que Rousseff y Neves intercambiaron acusaciones de corrupción e incompetencia, así como dardos personales.

Rousseff criticó la historia y amenazó con actuar judicialmente contra la revista.

Y tras la publicación, Neves anunció que pidió a la fiscalía que abra una investigación sobre las denuncias de Veja que implican en un caso de corrupción a Rousseff y a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

En un pronunciamiento a la prensa, Neves afirmó que dio instrucciones al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) para que inste a la Procuraduría General de la República a que “profundice” en la investigación de las denuncias, que consideró de “extremada gravedad”.

Guerra de encuestas

Entre tanto, un sondeo revelado ayer contradecía los datos de dos encuestadoras que el jueves ponían a Rousseff la cabeza de las preferencias electorales.

La nueva encuesta realizada por Sensus mostró a Neves con un 54.6 por ciento de las intenciones de votos válidos, y a Rousseff con un 45.4 por ciento.

El sondeo Sensus mostró una ventaja de casi 13 puntos porcentuales para Neves la semana pasada y de casi 18 puntos porcentuales en la semana previa.

Contrario a los resultados de otras dos importantes encuestas: Datafolha e Ibope, publicadas el jueves, que mostraron a Rousseff con una ventaja de entre 6 y 8 puntos porcentuales.

Un leve repunte económico y una agresiva campaña han impulsado a la presidenta en las últimas semanas, pero un crucial debate que se realizaría anoche aún podría cambiar la opinión de los votantes antes del balotaje de mañana.

La credibilidad de los sondeos de opinión en Brasil se ha visto cuestionada en las elecciones de este año.

Una serie de encuestas menores pronostican resultados con hasta 20 puntos porcentuales de diferencia en la misma semana e incluso grandes encuestadoras fracasaron a la hora de anticipar el respaldo para Neves en la primera vuelta del 5 de octubre.

Sensus entrevistó a 2 mil votantes en 136 ciudades entre el 21 y el 24 de octubre para el sondeo publicado ayer, que tiene un margen de error de más/menos 2.2 puntos porcentuales. —AGENCIAS.