Honduras pide a ONU interceder por los niños inmigrantes de Centroamérica

El país vecino insta a Acnur y a Cruz Roja a velar porque no sean afectados los menores

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2014-06-17 8:00:00

TEGUCIGALPA. El Comisionado de los Derechos Humanos en Honduras, Roberto Herrera, pidió ayer al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) que interceda por los miles de niños hondureños y de otros países de Centroamérica retenidos en albergues en Estados Unidos.

“Se tiene que velar por que los niños no sean afectados ni en su salud física ni mental, que tengan la proximidad siempre de sus padres, y que no reciban ningún daño en su comportamiento psicológico o en su vida”, indicó Herrera en un comunicado.

El defensor del pueblo hondureño también hizo un llamamiento a la Cruz Roja Internacional para que vigile que los niños detenidos en Estados Unidos reciban el tratamiento humanitario que corresponde por ser menores.

También abogó por que se verifique la alimentación, condiciones de salud y la comodidad de los niños mientras se toma una decisión que no tenga que ver con una deportación en la misma forma como se hace con los adultos.

Herrera enfatizó que a los menores en vez de la deportación, se les debe brindar el asilo o dar el estatus de refugiados.

Añadió que los niños tienen derecho al asilo siempre que sus padres estén en condiciones de asistirlos y que los consulados y toda la protección del Estado se haga efectiva en el lugar donde se esté solicitando ese beneficio.

“Creo que no debería dejarse de considerar este elemento fundamental para resguardar el interés superior del niño”, señaló el ombudsman, que recordó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que los niños tienen “consideración especial”.

Según autoridades estadounidenses, en el año fiscal 2013 que concluyó en septiembre pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró unos 24,000 niños de El Salvador, Guatemala y Honduras que cruzaron la frontera sin compañía.

Para mayo del actual ejercicio fiscal el número se había incrementado hasta los 47,000, sobre todo en la zona de Río Grande (Texas), añade un informe de la CBP.

Ante la crisis que ha disparado todas las alarmas, el Gobierno estadounidense urgió el pasado día 12 a los padres centroamericanos a no enviar a la nación norteamericana a sus hijos solos o a través de redes de tráfico de personas.

El tema de los niños inmigrantes será tratado el próximo viernes en Guatemala por el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y los presidentes guatemalteco, Otto Pérez Molina, salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, además del coordinador general de Gobierno de Honduras, Jorge Ramón Hernández.

Más patrullas no ayudan

Añadir más patrullas, puestos de control y mecanismos de vigilancia a la frontera de Estados Unidos con México podría hacer “más daño que bien”, afirma la Oficina de Washington para América Latina (WOLA) en un informe divulgado ayer.

El estudio, titulado “La otra frontera de México: Seguridad, migración y la crisis humanitaria en la línea con Centroamérica” examina la “emergencia humanitaria” provocada por la llegada masiva de inmigrantes centroamericanos, la mayoría de ellos menores de edad que viajan solos.

El informe indica que las autoridades de la frontera entre Estados Unidos y México, especialmente en Texas, están “anonadadas” por el incremento de los niños que llegan sin acompañamiento desde El Salvador, Guatemala y Honduras.

Durante los primeros meses del año fiscal 2014, la Patrulla Fronteriza estadounidense encontró 34,611 menores procedentes de esos tres países que viajaban sin familiares adultos; una cifra que multiplica por ocho la de 2011, cuando llegaron menos de 4,000 menores en esa condición, apunta el documento.

Según el informe, la “crisis” se extiende “desde las barriadas azotadas por la violencia en Centroamérica hasta las traicioneras líneas ferroviarias y los hacinados centros de detención en México, y los amenazantes desiertos del lado estadounidense de la frontera donde cada año mueren cientos de personas”.

El informe “La otra frontera de México” descarta un “relajamiento de las políticas de seguridad fronteriza por parte de los Estados Unidos” y señala que “ya hay una presencia significativa de seguridad en el sur de México”.

“La receta de los EE. UU. de colocar barreras, patrullas, soldados y tecnología podría hacer más daño que bien”, afirma el documento, que sugiere que estas medidas podrían incrementar “los abusos y desatar más violencia, sin reducir en términos reales el flujo de migrantes o de tráfico”.

El coordinador del Programa de Seguridad Regional en WOLA, Adam Isacson, explicó en un comunicado que la frontera “está llena de militares, policía, agentes de migración e instalaciones de aduanas”.

“El problema no está en la cantidad de ‘botas’ sobre el terreno. Es que los agentes que están en el terreno carecen de capacitación, coordinación y rendición de cuentas. Simplemente añadir más, o darles más tecnología, podría empeorar la situación”, añadió Isacson.

Como posibles soluciones, el informe recomienda a Estados Unidos “una reforma migratoria integral que establezca reglas claras para obtener la ciudadanía y que aborde los programas de trabajo agrícola, visas de inmigrante y de trabajo, y flujos migratorios futuros”.

WOLA le aconseja a México expandir las visas humanitarias y realizar “dramáticas mejoras” a las unidades judiciales y de control interno, para así “extirpar la corrupción, que es el oxígeno que alimenta a los grupos criminales violentos”.

Además, advierte a “los Gobiernos y élites de Centroamérica” de que deben de “proteger a sus ciudadanos contra la violencia e invertir en educación y en la creación de empleos”.—AGENCIAS.