GINEBRA. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, apeló hoy a las autoridades venezolanas a que “escuchen” las demandas de aquellos que desde hace semanas se manifiestan en las calles en protesta contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Urjo a las autoridades venezolanas a que escuchen las legítimas aspiraciones de los que protestan”, afirmó Ban, al margen del segmento de alto nivel de la vigésimo quinta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que hoy comenzó en Ginebra y en cuya inauguración participó.
El secretario general instó a las partes a que dialoguen con la oposición y con los que llenan las calles, y no hizo ninguna referencia explícita a la Conferencia Nacional por la Paz en la que participaron algunos sectores del empresariado, la sociedad civil y la Iglesia, a instancias del presidente Nicolás Maduro.
Asimismo, Ban pidió a las autoridades que velen porque se respeten los derechos a la libertad de expresión y de manifestación, pero dejó bien claro que los manifestantes deben expresar su descontento “de forma pacífica”.
Todas estas reflexiones le fueron transmitidas directamente al ministro de Exteriores de Venezuela, Elias Jaua, en Ginebra.
El llamado de Ban Ki-moon coincide con el del Papa Francisco, quien la semana pasada pidió diálogo a las partes del conflicto y cese de la violencia.
Hasta la fecha, las protestas han dejado casi dos decenas de fallecidos, más de 260 heridos y 700 detenidos.
El internacionalista Demetrio Boersner dijo al diario El Nacional que considera que la difusión mundial de los abusos cometidos por el gobierno de Maduro contra la oposición desde principios de febrero –cuando empezó una serie de protestas contra la inseguridad, la escasez y la inflación promovidas, principalmente, por estudiantes– ha sido tan fuerte que la comunidad internacional está conmocionada.
“A Ban le urge saber de primera mano qué ocurre en Venezuela y la llamada que le hizo a Jaua, desde el punto de vista de los intereses democráticos, tiene una lectura positiva, pues hay un ambiente internacional de compresión de que en Venezuela hay un régimen autoritario que reprime”, señaló el analista.
Boersner aseguró que Ban no le habría dado importancia al caso venezolano si en el seno de la organización no hubiese gran preocupación por la crisis. Agregó que la tendencia en la comunidad internacional es responsabilizar al gobierno por los abusos que está cometiendo contra los manifestantes.
Paralelamente, el líder opositor Henrique Capriles afirmó que pidió a la ONU que se permita a los adversarios del gobierno “informar” al organismo su versión de la situación.
“Hemos solicitado a la ONU se nos permita informar sobre la verdad de lo que ocurre y no el cuento que el gobierno dice, lleno de mentiras”, escribió el excandidato presidencial en su cuenta de Twitter.
Asimismo, Capriles llamó a la ciudadanía a organizarse en “comandos de defensa del pueblo” con el objetivo de “conformar un gran movimiento social lo suficientemente sólido y robusto para impulsar los cambios que necesita el país”.
Capriles anunció para el sábado una nueva “gran movilización nacional contra la escasez”.
De acuerdo con un comunicado de la Mesa de la Unidad (MUD), alianza que aglutina a la mayor parte de la oposición, la nueva manifestación se denominará “Protesta de las Ollas vacías” y se realizará con motivo del día Internacional de la Mujer.
La protesta “lleva como objetivo la crítica sobre los altos niveles de inflación, la acentuada escasez de alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad”, señaló la MUD.
“En nuestra Venezuela SÍ hay un gran malestar social fte (frente) a la grave crisis, fte al caos económico, hay que expresarla tema por tema”, dijo Capriles en su Twitter.
“Los graves problemas que vive ntro país UNEN a los venezolanos, cosa que el Gob no quiere! No quieren que el malestar social se exprese”, agregó.
Capriles volvió a pedir la mediación de la Iglesia católica, pero el obispo auxiliar de Caracas, Jesús González de Zárate, relativizó esa posibilidad.
“La mediación implicaría unas reglas de juego, unos acuerdos y el reconocimiento mutuo; esa es la primera condición de un diálogo, pero no es una realidad dada ni construida en nuestro país”, señaló el prelado. —AGENCIAS