Copiloto secuestra avión de aerolínea etíope para pedir asilo en Suiza

Las autoridades informaron que nadie en la aeronave resultó lesionado y que el secuestrador fue detenido tras rendirse a la policía suiza

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elsalvador.com

Por AP

2014-02-17 5:00:00

Parecía un vuelo nocturno de rutina de Ethiopian Airlines hasta que cayeron las máscaras de oxígeno. Fue entonces que los pasajeros -que iban de Etiopía a Italia- supieron que algo andaba mal.

Aprovechando que el piloto salió de la cabina para ir al baño, el copiloto se encerró, tomó el control del avión y tomó rumbo a Ginebra. Una vez en Suiza usó una soga para descender del avión por una ventanilla y pidió asilo político.

Pero lo que seguramente le espera es la cárcel, dijeron las autoridades.

Un pasajero dijo que el secuestrador amenazó con estrellar la nave si el piloto no dejaba de golpear la puerta de la cabina que estaba cerrada con seguro. Otro dijo que permaneció aterrorizado “horas” durante el trayecto.

“Parecía que el avión iba a caerse”, dijo Diego Carpelli, un italiano de 45 años.

El Boeing 767-300, que llevaba 200 pasajeros y tripulantes, despegó de la capital de Etiopía en un vuelo a Milán y Roma, pero cuando sobrevolaba Sudán envió una señal de emergencia de que lo habían secuestrado, dijo un funcionario etíope. Una vez que el avión entró en el espacio aéreo europeo, dos cazas italianos lo escoltaron.

Girolamo Iadiciccio, coronel de la Fuerza Aérea de Italia, dijo que la orden para despachar los cazas provino de la OTAN para asegurar que el avión no afectara la seguridad nacional y se mantuviera en su ruta.

El aparato aterrizó en Ginebra a eso de las 6 de la mañana. Las autoridades informaron que nadie en el avión resultó lesionado y que el secuestrador fue detenido tras rendirse a la policía suiza.

“El piloto fue al baño y (el copiloto) se encerró en la cabina de mando”, dijo a los reporteros Robert Deillon, director ejecutivo del aeropuerto de Ginebra. “Quería asilo en Suiza”, agregó.

No estaba claro de inmediato por qué escogió Suiza, donde los electores exigieron recientemente controlar la inmigración. Sin embargo, Italia tiene fama entre muchos africanos de no acoger bien a los solicitantes de asilo.

Ethiopian Airlines es propiedad del gobierno etíope, que ha enfrentado críticas por su historial sobre respeto a derechos humanos y su supuesta intolerancia a los disidentes políticos.

El copiloto fue identificado como Hailemedhin Abera, de 31 años, que llevaba cinco años en la aerolínea y no tiene antecedentes penales, dijo Redwan Hussein, ministro de Comunicaciones de Etiopía, quien agregó que se solicitará su extradición. La policía de Ginebra dijo que Abera afirmó sentirse amenazado en su país natal.

“Lo que hizo es una grave falta que puso en peligro innecesariamente la vida de los pasajeros que un piloto tiene la obligación moral y profesional de resguardar”, dijo Redwan.

El pasajero Francesco Cuomo dijo a la agencia italiana de noticias ANSA que él y otros pasajeros despertaron poco después de la medianoche cuando el avión comenzó a “rebotar”.

“El piloto amenazó (al secuestrador) para que abriera la puerta de la cabina y trató de derribarla, pero no pudo”, dijo Cuomo, economista italiano de a 25 años.

Yilikal Getnet, líder del Partido Azul de oposición en Etiopía, dijo que creía que el secuestrador envió un mensaje sobre la situación política del país.

“Creo que lo hizo para enviar un mensaje de que… el gobierno no está alineado con el público”, dijo.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch dice que el historial de derechos de ese país “se ha deteriorado significativamente” a lo largo de los años. El grupo dice que las autoridades restringen severamente las libertades básicas de expresión, asociación y reunión. El gobierno también ha sido acusado de reprimir a periodistas, opositores y a la minoría musulmana.

Ha habido por lo menos ocho secuestros de aviones por parte etíopes o en aviones de ese país en los últimos 25 años.

El peor fue en 1996, cuando los secuestradores tomaron la cabina de mando de un vuelo de Etiopía a Cota de Marfil y exigieron que el avión aterrizara en Australia. El aparato se quedó sin combustible y se estrelló frente a las Islas Comores, donde murieron 125 de las 175 personas que iban en el aparato.