Hallaron a El Chapo gracias a un teléfono

El teléfono satelital lo usó el lunes pasado para llamar a un subordinado y pedirle ayuda para escapar

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elsalvador.com

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2014-02-23 7:00:00

MÉXICO. La noticia de la captura de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narco más buscado por EE. UU. y México, sigue recorriendo las primeras planas del mundo. Según el fiscal Jesús Murillo Karam, los operativos para finalmente capturar al jefe del cártel de Sinaloa llevó a la Armada mexicana unos diez días.

El primer eslabón de la cadena de hechos que condujeron al arresto de Guzmán fue la detención, el 12 de febrero en Puebla, del narco Daniel Fernández Domínguez, alias “El Pelacas”. 

Al momento de su detención, Fernández tenía en su poder 20 teléfonos celulares, varios de ellos con registros de llamadas a números con la clave de Sinaloa. 

Los servicios de inteligencia de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) y de la Secretaría de Marina determinaron que algunos de esos números pertenecían a los miembros del equipo de seguridad de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los principales jefe del cártel de Sinaloa y aparente sucesor de Guzmán. 

Esa información permitió capturar el 13 de febrero a Joel Enrique Sandoval Romero, “El 19”, jefe de seguridad de Zambada, junto con algunos de sus subordinados en el municipio de Reforma, Sinaloa. 

El teléfono de uno de los miembros del equipo de Sandoval tenía un número telefónico que, según aseguró a sus interrogadores, pertenecía a El Chapo. 

El periódico Reforma reportó que fue en este punto que la DEA ofreció apoyo tecnológico, con geolocalizadores de última generación, para ubicar el aparato que usaba Guzmán, un teléfono satelital. 

El 17 de febrero el aparato fue ubicado cuando Guzmán lo encendió para hacer una llamada pidiendo ayuda para escapar de Culiacán, la capital de Sinaloa. 

Los federales y efectivos de la Marina llegaron al domicilio de donde partió la llamada, donde encontraron túneles que comunicaban con el sistema de drenaje, por los que el capo presumiblemente había escapado. 

Ese mismo día el teléfono fue ubicado en Mazatlán, y desde entonces los agentes federales se dedicaron durante varios días a estudiar los movimientos del capo y esperar el mejor momento para actuar, de tal forma que no volviera a escapar. 

“Se le siguió durante toda la semana, se le acechó y definimos una acción con bisturí”, señaló a Reforma una fuente involucrada en la operación. 

Finalmente, la mañana del sábado efectivos de fuerzas especiales de la Marina irrumpieron en el edificio de condominios Miramar, en Mazatlán, donde sorprendieron en la planta baja a Carlos Manuel Hoo Ramírez, guardaespaldas de Guzmán, quien los condujo al departamento 401 en el cuarto piso. 

Según el reporte del diario Milenio, los marinos subieron silenciosamente por el elevador y las escaleras. Abrieron la puerta de madera del departamento con fuerza, pero sin estruendo, rompiendo la cerradura. 

En una de las habitaciones estaba acostado en la cama un hombre de bigote con una camiseta roja, que trató de alcanzar un rifle automático apoyado en una pared, sin conseguirlo. 

El individuo forcejeó y recibió algunos golpes, y finalmente fue sometido. Joaquín “El Chapo” Guzmán, el narco más buscado por México y EE. UU., había sido capturado.

Todo esto se llevó a cabo únicamente por elementos de la Secretaría de Marina, nunca se involucró a la policía estatal ni a ninguna otra corporación para evitar filtraciones.