GINEBRA. Navi Pillay, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, ha asegurado por primera vez -desde que comenzara la guerra en marzo de 2011- tener en sus manos pruebas concluyentes sobre la responsabilidad del dictador Bashar al Asad en crímenes de guerra y lesa humanidad en Siria.
La denuncia presentada en Ginebra es fruto de una larga investigación puesta en marcha el 22 de agosto de 2011, cuyo objetivo último es esclarecer toda violación en materia de DDHH cometida en aquel país, independientemente de si los culpables llenan filas del régimen de Damasco o de las fuerzas rebeldes.
“La comisión de investigación del Consejo de Derechos Humanos sobre Siria produce una enorme cantidad de pruebas sobre delitos de guerra y crímenes contra la humanidad. Las pruebas indican una responsabilidad al más alto nivel del Gobierno, incluyendo al Jefe de Estado”, condenó Pillay.
No es la primera vez que se acusa al régimen sirio de estar implicado en transgresiones de esta naturaleza –como quedó patente en el informe del pasado 11 de septiembre–, pero sí en la que se señala directamente a Asad como último eslabón en la cadena de responsabilidad de los mismos. Por ello, Pillay hizo un llamamiento a enviar el caso a la Corte Penal Internacional de La Haya.
La Alta Comisionada para los DDHH confirmó a su vez la elaboración de un listado de ‘sospechosos’, el cual se habrá de hacer público en su debido momento: “Esta relación de nombres de presuntos delincuentes de guerra y lesa humanidad quedará sellada hasta que se cierre la investigación. […] La escalada de abusos viciosos perpetrada por elementos de ambos bandos desafía prácticamente a lo creíble”.
“La inanición, tortura y ejecuciones sumarias como método de guerra están prohibidas. […] El enjuiciamiento de los culpables debería ser prioritario para la comunidad internacional. Quiero ser muy clara al respecto una y otra vez, puesto que la conferencia de paz Ginebra 2 empieza ya”, añadió Pillay. —AGENCIAS