Analistas: Ley Habilitante permitirá a Maduro imponer un Estado controlador y hegemónico

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2013-11-14 7:00:00

CARACAS. Especialistas venezolanos critican la reforma que el oficialismo ha impulsado en la Asamblea Nacional: “La única ideología del chavismo es el control de todo”, aseguran.

Según consigna El Universal, los especialistas en la materia han advertido que la legislación no presenta claridad a la hora de explicar los aspectos sobre los cuales buscará legislar el gobernante chavista.

A su vez, también alerta que esta normativa proveerá al presidente de la capacidad de modificar o crear instrumentos que incidan en los derechos fundamentales como la libertad, a través de estrictas sanciones penales.

Por su parte, Jorge Pabon, constitucionalista, explicó que a través de la aprobación de los poderes especiales, también se le está dando al gobernante la capacidad de crear otras leyes orgánicas. Pabon explica que estas últimas pueden cambiar la estructura de los derechos constitucionales de los ciudadanos y, por consiguiente, sirven de marco para otras leyes.

“Es posible que esta Ley Habilitante oriente los marcos legales a favorecer sólo a una parte del país”, agregó Pabon, en referencia a la potestad que ahora tiene Maduro para decidir elementos esenciales en la vida de sus ciudadanos.

Desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, se aprobaron cuatro leyes habilitantes, que tenían una duración de cuatro años y medio. Es decir, durante el 40 % de los últimos 14 años, el poder se ha centrado en una sola persona.

“La única ideología del chavismo es el control de todo”, asegura el politólogo Luis Salamanca.

“Cuando se redacta una ley que influye de manera profunda sin especificar con claridad las materias y sólo se exponen los ámbitos, puede legislarse sobre cualquier cosa más allá de lo que se haya prometido”, agrega el politólogo, criticando la redacción de la ley que busca imponer Maduro.

Asimismo, este politólogo enfatiza que detrás de esta ley hay una clara intención de imponer un Estado controlador y hegemónico. “Lo único que no ha podido controlar el Gobierno por completo es la opinión pública”, aseguró.

Otros analistas consultados opinan que las últimas medidas aplicadas del gobierno para combatir artificialmente la tasa de inflación –que ya está en vías de alcanzar el 60% para convertirse en la más alta del mundo– generarán un espejismo inmediato de que se está haciendo algo para contener los precios, pero provocaría al mismo tiempo un gran empeoramiento del problema de fondo: una insuficiente oferta de productos.

“Esto sin duda alguna se va a traducir en una mayor escasez”, vaticinó Pedro Palma, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

“Todas estas ventas masivas de productos a menores precios están propiciando a que la gente salga desesperada por comprar cualquier cosa que le ofrecen a un menor precio, eso va a generar un rápido agotamiento de los inventarios, que ya se están agotando, y cuando lleguen los días navideños y la gente pretenda salir a comprar, ya no habrá productos que comprar en los comercios”, sostuvo.

El problema está que al obligar a los empresarios a vender sus productos por debajo de los costos de reposición, estos no serán repuestos, explicó.

Maduro, quien acusa a los empresarios de emprender una “Guerra Económica” contra su gobierno con fines de desestabilización, emprendió una oleada de intervenciones contra las tiendas, ordenando que inspectores revisen sus anaqueles para ver si los productos están siendo vendidos a “precios justos”.

Para el economista José Guerra, Maduro está en este momento siguiendo fielmente la receta que llevó a Zimbabue a registrar una tasa de hiperinflación del 42,000 billones por ciento.

“Venezuela no va a tener la inflación que tuvo Zimbabue pero está aplicando las mismas políticas que implementó ese país africano”, escribió Guerra esta semana en su columna.

Entre las similitudes de las políticas económicas de ambas naciones están la impresión de dinero sin respaldo para financiar el déficit fiscal, la destrucción de la producción agropecuaria a través de la confiscación de propiedades y la acusación por parte del gobierno de que extranjeros y comerciantes participaban en un complot para derrocarles.

Según el analista, la gran diferencia entre las dos naciones es que Venezuela aun cuenta con una significativa renta petrolera, pero esta se ha vuelto cada vez más insuficiente para aguar el enorme peso de subsidios internos y externos de la Revolución Bolivariana.

—AGENCIAS