Cincuenta años después que el presidente John F. Kennedy fue asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963, miles recordarán el día con una solemne ceremonia en la Plaza Dealey, por la que pasaba la caravana presidencial cuando ocurrieron los disparos.
La actividad incluirá una breve alocución del alcalde, se harán sonar las campanas de iglesias y el escritor David McCullough leerá fragmentos de los discursos del presidente.
Es un enfoque reverente que se repetirá en Boston, donde la Biblioteca y Museo JFK abrirá una pequeña muestra de objetos nunca antes expuestos del funeral de estado de Kennedy y celebrará un homenaje musical que no estará abierto al público.
En Washington, el presidente Barack Obama se reunirá en privado en la Casa Banca con líderes y voluntarios del programa Cuerpos de Paz, creado por Kennedy.
Autoridades han entregado unos 5,000 boletos gratis para la ceremonia en la Plaza Dealey, que está flanqueada por el Almacén de Libros Escolares de Texas, desde donde Lee Harvey Oswald disparó en el sexto piso.
El coro de la Academia Naval de Estados Unidos actuará en homenaje a tiempo que el presidente Kennedy pasó en ese cuerpo y varios aviones de la Fuerza Aérea sobrevolarán el área. Habrá un minuto de silencio a las 12:30 p.m., cuando el presidente fue herido de bala.
“La Coalición sobre Asesinatos Políticos”, un grupo que opina que la muerte de Kennedy fue parte de una confabulación, planea vestir camisetas con una imagen de la cabeza de Kennedy con un orificio de bala y el lema “50 años de negación son suficientes” se reunirá a pocas cuadras de distancia y se acercará a la plaza cuando termine la ceremonia oficial.