VENEZUELA ANA. La Asamblea Nacional aprobó ayer levantar la inmunidad de la diputada disidente María Mercedes Aranguren, lo que abrió el camino a las autoridades judiciales para continuar las investigaciones por presuntos hechos de corrupción.
La bancada oficialista, integrada por 98 diputados, aprobó el retiro de la inmunidad a Aranguren en medio del rechazo de la bancada opositora, que condenó la acción por considerar que sería parte de una maniobra política: con la baja de la disidente asumiría su suplente oficialista, Carlos Flores, y así la bancada de gobierno alcanzaría los 99 votos que requiere para aprobar una “ley habilitante” para que el gobernante izquierdista Nicolás Maduro pueda legislar de manera extraordinaria por un año.
La diputada María Corina Machado resaltó que el oficialismo intentó comprar la conciencia del algún diputado de oposición para aprobar la Habilitante, lo que representa un triunfo de la bancada antichavista.
Machado catalogó la sesión como un “golpe brutal” a la constitución. “Este régimen quiere más control, más corrupción y más saqueo”, declaró.
Por su parte, la diputada María Mercedes Aranguren tomó la palabra para señalar que no comulga con las ideas del PSUV y reivindica su derecho a disentir. “Uno tiene el derecho a divorciarse”, dijo.
Los 67 diputados opositores se han negado a respaldar la Ley Habilitante porque dicen que si se aplican las leyes actuales se puede combatir la corrupción, y que la Asamblea Nacional no puede ceder al Ejecutivo su función legislativa.
Alertan de que proveerá a Maduro la capacidad de modificar o crear instrumentos que incidan en los derechos fundamentales como la libertad, a través de estrictas sanciones penales.
Para Luis Vicente, director de la encuestadora Datanálisis, el gobierno “quiere utilizar estos poderes para ir más contra la oposición que contra la corrupción”. —AGENCIAS