Nueva York vive con el trauma de Sandy

El saldo de la tragedia fueron 200 personas muertas y alrededor de 65 billones de dólares en daños materiales. El próximo martes se cumple un año del paso de la devastadora tormenta

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Por CARMEN TAMACAS Especial desde Nueva York elsalvador.com

2013-10-24 9:00:00

El hombre estaba allí, en medio del vendaval. De pie, contemplaba el árbol que se venía a pique, abatido por la lluvia y el viento, sobre su casa. La escena, en un área de Patchogue, Long Island, retrataba la impotencia y el terror que sentían decenas de miles habitantes de la costa Este de Estados Unidos hace un año. Fue la noche de Sandy.

El compatriota Giovani Mata, residente en Brentwood, cuenta que ese fue uno de los momentos que más le impresionó de esa semana en la que sirvió como voluntario de la Cruz Roja Americana en Long Island. La entidad se encargó de gestionar la emergencia tantas veces anunciada por Hollywood: gran parte de Nueva York se quedaba a oscuras, inundada, con frío… incrédula. Su cuadrilla de voluntarios que venía de monitorear la situación, no podía hacer nada, más que reportar el caso ante las autoridades, que a esa hora ya estaban a tope por la gran cantidad de árboles que caían, destruyendo propiedades y la infraestructura eléctrica.

La emergencia en Nassau y Suffolk, dos de los condados con más población salvadoreña y centroamericana de esta área, duró más de una semana. Varios centros educativos fueron habilitados como albergues para los damnificados y personas en riesgo, que en el caso de Long Island son cientos de inmigrantes que viven en sótanos; el Nassau Community College acogió a los habitantes de las costas y especialmente de Long Beach, donde la marejada causó graves daños (ver nota aparte).

En lo peor de la tormenta, entre las 8:00 y las 10:00 de la noche de ese 29 de octubre, mientras Mata se encontraba en la central de la Cruz Roja, se registraron nueve incendios. “Me entristeció tanto pensar que se trataba de casas, apartamentos, negocios, con familias que quedarían desamparadas”, recuerda.

Los pronósticos de los meteorólogos fallaron en apenas en un detalle: Sandy trajo poco más de la mitad de la lluvia estimada (13 horas); pero eso hizo la diferencia para cientos de miles de personas que si bien quedaron damnificadas y lo perdieron todo, pudieron salvar la vida.

La tormenta, perezosa y robusta, descargó su furia desde Florida hasta Massachusetts, causando la muerte de 200 personas y estragos valorados en 50 billones de dólares. Como nunca antes había ocurrido, unas 80 millones de personas quedaron sin electricidad, algunas de ellas durante días e incluso semanas, tiritando de frío en una de las tormentas de nieve más potentes que se han registrado.

Después de la tormenta…

El próximo martes se cumple un año del paso de Sandy. Lejos, muy lejos del glamour de las tiendas de la Quinta Avenida, los destellos neón de Times Square y de la vida apacible en los barrios acomodados, hay zonas de Nueva York y Nueva Jersey donde los daños apenas han sido reparados o todavía son evidentes… todavía hay gente que sufre, desamparada.

El Center for American Progress estudió la pobreza después de la devastación causada por la tormenta, reveló en un estudio que el 55 por ciento de los inquilinos perjudicados por inundaciones, incendios y daños a raíz de la tormenta, eran de bajos ingresos -es decir, con un ingreso anual menor o igual a 18 mil dólares.

Asimismo, de acuerdo con el rotativo El Diario/La Prensa, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) las peticiones de ayuda correspondían en su mayoría a inquilinos (68 %) y propietarios (24 %) por debajo de la línea de la pobreza.

La tormenta aunada a la influencia de la Luna en una potente marea alta, inundó con millones de galones de agua salada los túneles que conectan Manhattan con el resto de islas, hizo estallar centrales eléctricas cortando el servicio de subterráneo y apagando las luces de la “Ciudad que nunca duerme”. Nunca había pasado eso, ni siquiera en 1938 durante el embate de un huracán conocido como de Nueva Inglaterra.

La tragedia en las redes

Un documental de National Geographic que narra con lujo de detalles desde la formación de la tormenta, su recorrido, embate y consecuencias, destaca que Sandy no sólo fue un fenómeno natural sino social, con todo lo que implica, desde los desplazamientos humanos hasta la cantidad de información generada y la velocidad a la que fue transmitida.

Así, Emily Rahimi, encargada de las redes sociales del Departamento de Bomberos de Nueva York (NYFD) contó que al administrar la cuenta de Twitter de la institución, notó que el pánico se profundizó entre las 8:00 y las 10:00 de la noche, cuando el servicio 911 colapsó, al tiempo que se generaron más de 2,000 emergencias, es decir hasta cinco por segundo: adultos mayores atrapados en edificios inundados y estallidos de centrales eléctricas, lo cual dejó a oscuras gran parte de la ciudad, causando una emergencia hospitalaria… A esa hora, en lo peor del aguacero, las autoridades debieron evacuar más de 1,000 pacientes en estado crítico del hospital de la Universidad de Nueva York (NYU). Así se vivió Sandy.