A Enrique Camarena lo mató la CIA, dicen exagentes de EE. UU.

Nuevos testimonios dan giro al crimen de agente de DEA en México La revista Proceso y el canal Fox News recibieron las declaraciones

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2013-10-15 7:00:00

méxico d.f. La principal razón por la que la Justicia estadounidense pretende enjuiciar y encarcelar a Rafael Caro Quintero tras quedar libre podría derrumbarse, pues exagentes federales de ese país culpan a la CIA de ejecutar a Enrique “Kiki” Camarena con tal de silenciarlo pues “sabía demasiado”.

Tres agentes federales estuvieron involucrados en el caso y afirman que Caro Quintero, exjefe del cártel de Guadalajara, no fue el responsable de ordenar la tortura ni ejecución de Camarena, sino un policía a quien le encomendaron esa tarea pues, supuestamente, en sus investigaciones, “Kiki” descubrió que EE. UU. solapaba el tráfico de drogas del Cártel de Guadalajara (hoy de Sinaloa y de Tijuana) para hacerse de recursos y fortalecer a los grupos contrarrevolucionarios paramilitares, mejor conocidos como ‘la contra’ que sostenía en Nicaragua y El Salvador .

La revista mexicana Proceso y el canal Fox News fueron los receptores de los testimonios de Tosh Plumlee, expiloto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA); de Phil Jordan, exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC) y de Héctor Berrellez, exagente de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), quienes, inclusive, dieron el nombre del autor intelectual del asesinato de Camarena: el cubano Félix Ismael Rodríguez, alias El Gato.

Los tres detallaron a la cadena Fox News que policías mexicanos y particulares estadounidenses relacionados con la CIA participaron en las torturas a Camarena en 1985 y que incluso las grabaron en video. Un portavoz de la CIA lo negó rotundamente: “Es ridículo”.

“La CIA mandó levantar y torturar a Kiki Camarena, y cuando lo mataron nos hicieron creer que fue Caro Quintero para así tapar las cosas ilegales que estaban haciendo en México”, le contó Jordan al periodista Jesús Esquivel. Jordan no es un cualquiera. Como jefe de la EPIC en El Paso fue el encargado del centro más poderoso de EE. UU. para vigilar la frontera común. Fue un funcionario de alto rango, de ahí que su testimonio tenga valor.

“El caso tiene una enorme relevancia pero pasó desapercibido en EE. UU., donde andan a otra cosa. Sólo una investigación sólida de una corte penal podría sacarnos de dudas, pero hay pocas posibilidades de que eso vaya a ocurrir”, cuenta Esquivel desde Washington por teléfono.

“Fui yo quien dirigió la investigación de la muerte de Camarena”, dice Berrellez y agrega: “Durante esta investigación descubrimos que algunos efectivos de una agencia de inteligencia de EE. UU., infiltrados en la DFS (Dirección Federal de Seguridad de México y desparecida en 1985), participaron también en el secuestro de Camarena.

“Dos testigos identificaron a Félix Ismael Rodríguez. Ellos eran de la DFS y nos dijeron que incluso él (Rodríguez) se había identificado como ‘inteligencia norteamericana'”, relató Berrellez.

“Sus testimonios no exculpan a Caro Quintero y su gente. Lo que señalan es que la CIA fue copartícipe del asesinato, aunque no supieron o quisieron decir quién dio la orden”, aclara Esquivel, que desconoce los motivos por los que estos exfuncionarios se decidieron a hablar 28 años después.

Por su parte Félix Ismael Rodríguez se desempeñó por años como agente de intervención de los EE. UU. y participó en la frustrada toma de Bahía de Cochinos junto con Luis Posada Carriles, un terrorista cubano que organizó el bombazo y desplome del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976, en el que murieron 73 personas.

A Rodríguez también se le atribuye la captura y muerte del guerrillero Ernesto “El Che” Guevara en 1967 y organizar actividades del caso Irán Contra.

Mientras tanto, la DEA sigue persiguiendo a Caro Quintero, que técnicamente no puede volver a ser juzgado por el caso Camarena, pero la administración estadounidense puede que formalice cargos en su contra por lavado de dinero.

De hecho, el departamento del Tesoro ha aplicado sanciones contra empresas y familiares de Caro Quintero.

Los agentes antinarcóticos nunca dieron por cerrada la investigación y, de hecho, llegaron a tomarse la justicia por su cuenta. Secuestraron y trasladaron a El Paso en 1990 al médico mexicano Humberto Álvarez Machain por, supuestamente, haber proporcionado a Camarena fármacos para mantenerlo despierto durante las torturas. La detención ilegal desencadenó un conflicto diplomático entre México y EE. UU., pero el doctor fue liberado en 1992 por un juez que anuló los cargos en su contra.

El asesinato de Camarena se convirtió en leyenda y la figura de Caro Quintero ha sido retratada por el escritor norteamericano Don Winslow en el libro El poder del perro.

La historia de uno y otro había quedado zanjada con el ingreso en prisión de Caro Quintero, detenido en Costa Rica en 1985. Allí se había refugiado de la DEA, que prometió buscarlo hasta el fin del mundo. Camarena era el primero de sus agentes que había sido asesinado.

El considerado como el primer gran narcotraficante mexicano fue condenado por el crimen a 40 años de cárcel y ahí debería de seguir si no fuera por un tecnicismo legal, aprovechado por sus abogados, que le abrió las puertas de la celda en agosto de este año.

La liberación revivió el caso y las nuevas revelaciones aportan más confusión si cabe a un hecho (en un sentido u otro) que ya forma parte de la historia del narcotráfico. —AGENCIAS