Fonseca Carrillo, uno de los dos socios del capo, también quedaría libre

Los abogados de otro de los fundadores del cártel de Guadalajara afirman que han alegado las mismas fallas que con Caro Quintero.

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elsalvador.com

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2013-08-10 9:00:00

MÉXICO. Abogados defensores opinan que es inminente la liberación de un segundo miembro del trío de narcotraficantes mexicanos responsable del asesinato en 1985 del agente antidrogas estadounidense, Enrique “Kiki” Camarena, dijo ayer uno de los abogados del individuo.

Aparte de Rafael Caro Quintero, los otros encausados en el caso de Camarena son Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo, dos de los fundadores del narcotráfico mexicano moderno, cuyo cártel con sede en el estado de Sinaloa, en el noroeste del país, posteriormente se dividió para convertirse en algunas de las mayores organizaciones de narcotráfico de México.

José Luis Guízar, abogado de Fonseca Carrillo, dijo que su equipo ha presentado una apelación sobre la misma base de procedimientos usada por Caro Quintero y esperaba que otro tribunal de Jalisco lo libere en los próximos 15 días.

“La apelación está a punto de resolver el amparo de fondo. Creemos que los magistrados se van a apegar al derecho. (Fonseca Carrillo) debe estar en su casa. En el fondo, el asunto es igual al de Rafael. Debiera estar ya en la calle”.

Guízar dijo que no había hablado con los abogados de Félix Gallardo sobre sus expectativas del caso. Funcionarios mexicanos no respondieron ayer a varias llamadas para que comentaran sobre el asunto.

Las implicaciones

El Departamento de Justicia dijo el viernes que la decisión del tribunal mexicano de liberar a Caro Quintero era “profundamente preocupante”, pero ex agentes de la DEA se mostraron pesimistas de que el gobierno del presidente Barack Obama presione mucho a México.

Los dos países han trabajado de cerca contra los cárteles de las drogas durante los últimos siete años y Washington ha enviado miles de millones de dólares en equipos y capacitación a cambio de un mayor acceso a las entidades policiales e información de inteligencia mexicanas.

“Estoy seguro de que habrá muchas quejas sobre el asunto, pero “¿tenemos un Departamento de Justicia que va a dar la cara ahora? No lo creo”, dijo Edward Heath, exdirector de la oficina de la DEA en México.

En junio Estados Unidos alegó que Caro Quintero seguía dirigiendo una amplia organización de narcotráficos desde prisión, trabajando con el Cártel de Sinaloa para trasladar drogas y lavar dinero del narcotráfico mediante varios negocios pantalla.

El congresista Henry Cuéllar, el demócrata por Texas que sigue de cerca la política mexicana, dijo que la liberación de Caro Quintero pareció tomar por sorpresa al gobierno de Peña Nieto, pero que de todas formas era un golpe para las relaciones con Washington.

“Hemos pedido a México que respete el Estado de derecho pero no sé si es lo que están haciendo”, dijo. “Debió haber algún tipo de aviso de que esto iba a suceder”.

“Espero que no sea una señal de lo que pueda hacer este gobierno”, dijo Cuéllar. “No lo creo, pero en este momento las relaciones entre Estados Unidos y México no tienen buena cara”.