MÉXICO. Stephen Ralls, abogado de la narcotraficante Sandra Ávila Beltrán, mejor conocida como “La Reina del Pacífico”, informó que ayer su cliente sería repatriada a México, procedente de la estación de El Paso, Texas.
Así lo reportaron varios medios mexicanos, luego de que se supiera que Ávila Beltrán había sido trasladada desde una cárcel de Lousiana, Estados Unidos donde guardó prisión durante 70 meses.
El abogado Ralls atribuyó el amplio tiempo para la deportación de su defendida a que el caso es “especial” y por eso se han tenido que tomar precauciones para determinar el lugar en donde será entregada a las autoridades mexicanas, reportaron los periódicos mexicanos Excelsior y El Universal.
“Por el momento se desconoce el lugar de su llegada; trasciende que sería a un juzgado de Jalisco donde existe una presunta denuncia por lavado de dinero”, añade Excelsior.
Y acota que según Ralls, Ávila quedó absuelta de dos procesos penales; uno en México y otro en Estados Unidos, pero existe en un juzgado de Jalisco una denuncia de lavado de dinero contra la convicta.
Ávila Beltrán, de 52 años de edad, fue entregada el pasado 30 de julio al Departamento de Inmigración y Aduanas (ICE), por sus siglas en inglés en Miami para su deportación al vecino país y desde entonces ha estado en centros de detención en Florida, Louisiana y ahora en Texas.
La mexicana fue condenada a 70 meses de cárcel por ayudar al narcotraficante colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez, alias El Tigre, quien era el enlace entre el cártel de Sinaloa y el colombiano Norte del Valle.
Ella estuvo presa cuatro años en México y uno en Estados Unidos, donde fue extraditada en agosto de 2012.
Ávila se declaró culpable en abril ante un juez federal de EE.UU. y evitó ir a juicio donde habría enfrentado una pena mayor por asociación ilícita para llevar cocaína a EE.UU.
Sin miedos
Según el abogado de la mexicana, citado por el sitio informativo Vanguardia, “ella está optimista, positiva y de buen humor…”, esperando lo que tenga que enfrentar en México, aseguró Ralls.
“Si existe una orden de aprehensión en México, entonces la van a entregar a la autoridad que la está pidiendo, si no, entonces, normalmente, la pasan, la dejan cruzar a México”, explicó el apoderado de la convicta.