Desde Nueva York hasta California, manifestantes indignados por el veredicto absolutorio en el juicio a George Zimmerman por asesinato se lanzaron a las calles y a las iglesias el domingo para hablar contra su absolución y exigir que el vigilante vecinal sea encausado por violaciones a los derechos civiles.
Había protestas planeadas en Boston, Detroit, Baltimore, San Francisco y otras ciudades sobre el caso, que ha provocado un debate nacional sobre la caracterización racial, la defensa propia y la justicia igualitaria. Por lo menos una protesta en California horas después de emitido el veredicto el sábado por la noche terminó en actos de vandalismo.
En Manhattan, a los fieles de la Iglesia Middle Collegiate se les alentó a usar sudaderas con capucha en memoria de Trayvon Martin, el adolescente negro desarmado que vestía una prenda así la noche que Zimmerman lo mató a tiros en febrero de 2012.
La reverenda Jacqueline Lewis, con una sudadera rosa con capucha, exhortó a la paz y dijo a la congregación que Martin Luther King Jr. “hubiese querido que nos comportáramos con la mayor dignidad”.
Pero, agregó, “vamos a alzar nuestras voces contra las causas de esta clase de tragedia”.
En una misa juvenil en Sanford, Florida, donde se celebró el juicio, jóvenes que vestían camisetas con la foto de Martin enjugaron lágrimas durante el sermón en la Iglesia Misionera Bautista San Pablo.
Horas después del veredicto, manifestantes se reunieron en la Calle U, en Washington D.C., y coreaban “Sin justicia no hay paz”. Uno de ellos llevaba un letrero que decía “No criminalicen más a los hombres negros”.
En la Florida, unas 200 personas marcharon por el centro de Tallahassee, la capital estatal, con letreros que decían “El racismo no ha muerto” y ¿Quién será el próximo?”
Líderes en la lucha por los derechos civiles, como los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton, han exhortado a la paz. Jackson dijo que el sistema jurídico “le falló a la justicia”, pero la violencia no es la respuesta.
Pero no todos los manifestantes siguieron esos consejos.
En Oakland, California, algunas personas furiosas rompieron ventanas, quemaron banderas estadounidenses y prendieron fogatas en las calles. Algunas también agredieron un auto patrulla y usaron pintura para garabatear grafito contra la policía en las calles y en el edificio del tribunal Davidson del condado Alameda.