Antecesor lo habría motivado a renunciar

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elsalvador.com

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2013-02-28 7:00:00

El Papa Celestino V, reconocido por su alto grado de austeridad y sacrificio, nunca quiso serlo y resaltaba que su misión solo era difundir la fe.

El santo ermitaño fue sacado de las montañas donde practicaba la oración y el sacrificio para ser coronado Papa en 1294.

Nacido en 1215 en una familia modesta, Pietro del Morrone vivía como monje benedictino en las montañas de los Abruzos cuando los 12 cardenales del cónclave de Perugia vinieron a anunciarle su elección en julio de 1294. La elección de un desconocido debía poner fin a la guerra entre Güelfos y Gibelinos por la sucesión de Nicolás IV, fallecido dos años antes.

Pietro del Morrone toma el nombre de Celestino V y traslada la corte a Nápoles. Pero el nuevo Papa no tarda en exponer las razones que le impiden asumir su función: su humildad y su salud. Por ello renuncia el 13 de diciembre de 1294, en acuerdo con los cardenales.

El 24 de diciembre, el cardenal Benedicto Gaetani es designado para sucederlo, con el nombre de Bonifacio VIII.

Celestino V fallece en 1296 y es enterrado en la iglesia de su orden en L’Aquila.

Lo que muy pocos saben es que Benedicto XVI ha visitado dos veces la cripta donde descansan los restos de Celestino en la basílica de L’Aquila en Italia.

Según los expertos, Benedicto XVI podría haber encontrado la inspiración para su decisión en Celestino porque es la muestra de que es lícito, permisible y hasta espiritualmente beneficioso que un Papa renuncie para el bienestar de su alma y de sus feligreses.