EE.UU. exige más seguridad al Triángulo Norte

Kelly considera que se puede aplicar un programa similiar al Plan Colombia en la región.

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El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, junto a los presidentes de Guatemala y Honduras y al vicepresidente de El Salvador, Oscar Ortiz, en el cierre de la Conferencia de Prosperidad para el Triángulo Norte. Foto de Archivo.

Por Juan José Morales / Agencias

2017-06-16 8:14:57

La apuesta de Estados Unidos por la inversión privada en el Triángulo Norte va de la mano con el llamado a Guatemala, Honduras y El Salvador de dar más seguridad a sus ciudadanos para debilitar la violencia, otro de los factores que incide en la migración irregular de connacionales a la nación norteamericana.

En el segundo y último día de la Conferencia sobre la Prosperidad y Seguridad de Centroamérica que se realizó en Miami, el tema del debate entre las delegaciones y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, fue el crimen organizado y cómo sus estructuras, a través del narcotráfico y las pandillas, golpean al Triángulo Norte.

Al respecto, Kelly consideró como prioritario para la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, poner freno a la violencia regional aplicando estrategias como el Plan Colombia, un acuerdo que se aplicó en 1999 para revitalizar la economía del país suramericano y construir una agenda antidrogas.

“Cuando la gente me dice que no se puede ayudar a los países en Centroamérica les digo: miren el milagro de Colombia, miren dónde estaban hace 20 años y miren dónde están ahora. Por eso insisto, la seguridad de Estados Unidos está directamente ligada con la seguridad de la región”, valoró Kelly.

Para Estados Unidos una región centroamericana inestable, a raíz de economías de lento crecimiento, desigualdades sociales, violencia y narcotráfico, se traduce en un flujo mayor de migrantes y más estupefacientes ingresando por sus fronteras debido al pobre control territorial de los Estados y la fuerza de los grupos de crimen organizado.

Por ello Kelly recordó que sin un trabajo coordinado entre países, ninguno tendrá la fuerza de derrotar a grupos de crimen organizado que sí tienen una estructura sólida y un trabajo que trasciende a las fronteras.

“Nuestros países deben de actuar como bloque y en este camino Estados Unidos apoyará decididamente los esfuerzos de la Alianza para la Prosperidad”, agregó Kelly.

El caso nacional

Por su parte el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, ha tratado de rescatar el aspecto coyuntural del encuentro y dijo ayer, a través de un comunicado, que lo más importante de la reunión y de la Conferencia es el reconocimiento que hizo el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, sobre la política de seguridad que se impulsa en el país.

“Yo destaco el compromiso de Estados Unidos de seguir cooperando con el Plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo Norte y la voluntad al más alto nivel por parte de la administración Trump con la región y El Salvador”, afirmó Martínez.

La Conferencia finalizó ayer con varias mesas de trabajo sobre el tema del crimen organizado y la cooperación en seguridad para la región.

Militarización fronteriza

Entre tanto, la militarización de EE.UU. de las fronteras con México en la administración Trump refleja que ese país se está convirtiendo en un aliado de Estados Unidos para frenar de una forma más agresiva la inmigración y el tránsito de droga.

Por ejemplo el congresista demócrata Alan Lowenthal, junto con 37 colegas, enviaron una carta el pasado miércoles al secretario de Estado, Rex Tillerson, donde manifestaron preocupación por la idea de que Estados Unidos profundice la colaboración con las fuerzas de seguridad mexicanas, con énfasis en la frontera con Guatemala.

Estos congresistas también le dijeron a Tillerson que les preocupa “contratar las fuerzas de seguridad de México para combatir la inseguridad ciudadana en Centroamérica debido a los amplios abusos de derechos humanos cometidos por estas fuerzas”.

Esto se contextualiza en el anuncio del Comando Sur de Estados Unidos el pasado mes de abril donde se confirma una nueva base militar en Petén, Guatemala, para coordinar las fuerzas militares de México y el vecino país con objetivos de combate a la narcoactividad y el control de la migración irregular desde los países de origen y tránsito de centroamericanos.

De acuerdo al secretario de seguridad nacional, El Salvador, Guatemala y Honduras están bajo el asalto de una combinación de pobreza, bandas de crimen organizado y delincuencia transnacional.

Esta mezcla, según el funcionario estadounidense, ha provocado que en los últimos diez años casi tres millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, hayan emigrado hacia el norte, muchos en condiciones de precariedad, expuestos a grupos de narcotráfico y a situaciones de vulnerabilidad.

Sin embargo, existe una visión contradictoria por parte del gobierno de Estados Unidos, según el congresita Lowenthal, ya que el presidente Trump ha manifestado, en varias oportunidades, su deseo de disminuir la ayuda económica a Centroamérica, aunque Kelly y Tillerson han afirmado, en el marco dela Conferencia en Miami, que su país “sigue comprometido con la región”.

“Hay que tratar de recuperar el control del territorio, poner fin al ciclo de violencia, corrupción e impunidad, ganar la confianza de los inversionistas y dar crecimiento económico”, dijo Tillerson el jueves en su discurso de inauguración de la Conferencia.