Cuando el público y la industria cinematográfica ve el rostro de Michelle Pfeiffer jamás percibe que está viendo a una mujer con seis décadas a cuestas, sino a una de las actrices más talentosas, brillantes y hermosas del mundo del cine.
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Las nuevas generaciones aún pueden verla a los inicios de sus 20 en películas como “The Hollywood Knights” (1980) o “Grease 2” (1982); pero también disfrutar de sus magníficas actuaciones en “Scarface” (1983), “Las amistades peligrosas” (1988) y “Los fabulosos Baker Boys” (1989).
Ella misma recuerda esos tiempos con mucho orgullo, y recientemente en la celebración del 35 aniversario de “Scarface”, el Festival de Cine de Tribeca conmemoró la fecha reuniendo a su reparto original, entre ellos a la despampanante rubia.
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“Interpretaba a una adicta a la cocaína, así que todo ello formaba parte del físico que debía lucir. Eso hay que tenerlo en cuenta. Creo que la película tenía que ser rodada, en principio, en tres o cuatro meses. Es decir, sí que intenté programarlo para que, a medida que avanzara el rodaje, yo fuera adelgazando más y más y estuviera cada vez más demacrada”, detalló la artista.
Aunque fue una etapa difícil, después de la cinta del director Brian De Palma todo fue cuesta arriba, ya que Pfeiffer por poco y fue “desechada” de la interpretación debido a “Grease 2”.
Tras la etapa de consolidación con otras producciones cinematográficas, también llegaron los papeles en los que se podía lucir, como “Batman vuelve” (1992).
En los últimos 18 años, sólo ha trabajado en 18 películas, dejando claro que hoy busca disfrutar cada una de ellas, entre sus actuaciones de los últimos tiempos están “Yo soy Sam” (2001), “Hairspray” (2007) y “Mother!” (2017).
