El experimento es tan sencillo como esto: A una caja de cerillas de fósforo se le colocan de forma paralela dos trozos ( de similar tamaño) de la misma de grafito de un lápiz. A esta se le cruza otro pequeño trozo.
Luego las dos barras paralelas de grafito se conectan mediante dos cables a una batería de 4.5 voltios. Y, posteriormente, a la terminal de unos audífonos que servirán para escuchar la amplificación. ¡Y listo!
Aunque no es un micrófono profesional, es un buen experimento que funciona gracias a las propiedades conductoras del carbono, que capta y transmite las vibraciones de las voz sobre las minas, según el sitio gizmodo
Lo puedes ver en el siguiente vídeo en inglés.