Sentirla y ejecutarla es muchísimo más fácil que conceptualizarla y explicarla. La música es el arte de dialogar con los sentidos.
Para el clarinetista primero de la Orquesta Sinfónica Nacional, Luis Ramírez , la música es su vida.
Y cinco décadas después de entregarse en cuerpo y alma a ella, deseó narrar su historia a través de un concierto.
Es aquí donde aparece en escena el exintegrante de Xolotl, amante de Mangoré y férreo defensor de la identidad salvadoreña, Ramsés Calderón.
El músico y compositor salvadoreño radicado en Canadá recibió la propuesta de Ramírez hace casi dos años.
“Él me propuso escribirle un concierto sobre su vida, pero en ese entonces estaba concentrado en otros proyectos… entonces quedamos que lo escribiría para este año”, recordó el autor.
Bastaron un par de meses de ardua labor, para narrar la historia artística del clarinetista. Claro, después de conocer a detalle la vida del también director, compositor y maestro.
El producto final se titula Concierto de una Vida. Una composición para orquesta dividido en tres actos, correspondientes a diferentes etapas en la historia de Ramírez.
La obra se interpretará la noche del jueves 3 de septiembre, en el VIII Concierto de la Temporada Sinfónica 2015, dedicado al 50 aniversario de fundación de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), titulado “Música de Compositores Salvadoreños”.
El programa incluirá en orden de presentación Ollintonatiuh de Esteban Servellón, Patria Mía de Domingo Santos, Maquilishuat bajo la Luna de Lidia Villavicencio Olano, Alma de Mujer de Domingo Santos, El Dolor de Felipe Soto, Sinfonieta de Domingo Santos y Concierto de una Vida de Ramsés Calderón.
En la obra, el maestro Ramírez actuará como solista, ejecutando la marimba, el saxofón y el clarinete. Dirigirá el maestroIrving Ramírez, director asistente de la OSES.
El compositor Ramsés Calderón logró fusionar la vida del artista con las raíces salvadoreñas. Vale destacar que el primer instrumento al que Ramírez le sacó música fue la marimba, es por ello que este instrumento que trascendió en tierras centroamericanas es la gran protagonista de la primera parte de la obra.
“Mi padre me enseñó a tocarla a los 8 años y en ella aprendí a tocar muy bien la música regional… tenía un repertorio de 10 canciones que me invitaban a tocar en las escuelas, para el mes de septiembre sobre todo. Mi madre iba con una marimba chiquitita en la cabeza y yo iba caminando detrás con las baquetas”, recordó el también director de la Orquesta Sinfónica Juvenil Compassion.
Ramírez nació en un hogar de artistas y vive en un hogar de artistas. Es hijo del músico salvadoreño Chito Brizuela y la cantante hondureña Eva Aguilar.
La segunda parte de la obra habla de cómo Ramírez en su juventud exploró los ritmos latinoamericanos y la influencia del jazz. El clarinetista es miembro fundador de la Orquesta Simiente en los 80. Fue parte de la Orquesta Sinfónica Infantil y de la Orquesta Sinfónica Juvenil.
La tercera parte habla de la transición del folclor y el jazz, a lo clásico. “En esta etapa, aún se fusionan ciertos ritmos propios de nuestra América, como la milonga y el bolero, representando en cierta forma su madurez, su familia, la vida matrimonial, que pasa y continua de nuevo con lo que yo llamo la música clásica latinoamericana, es decir, el hecho de haber tomado lo que la colonia nos trajo y dejó, y hacerlo nuestro, algo muy propio del sentir de nuestra raza”, explicó el compositor.
En la actualidad el músico de 52 años completa sus estudios de Musicología, con la Universidad Internacional Atlantis, es principal clarinete de la OSES, director y fundador de la Orquesta Sinfónica Infanto-Juvenil Compassion, fundador y director de la Orquesta y Coro Concertante.