Cosas que “Parque jurásico” entendió mal sobre los dinosaurios

"Parque jurásico", que supo ser el retrato de mayor precisión científica ya hecho sobre los dinosaurios cuando salió en 1993, quedó atrás gracias a descubrimientos paleontológicos recientes.

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elsalvador.com

Por Santiago Farrell / Deseret News

2015-06-28 4:40:00

Cuando “Parque jurásico” llegó a los cines en 1993, fue la descripción de mayor precisión científica hecha sobre los dinosaurios en la historia del celuloide.

Si bien tiene su cuota de pseudociencia torpe (el mecanismo para clonar dinosaurios, por ejemplo), la película sigue siendo muy popular entre la mayoría de los paleontólogos gracias a la forma en la que logró combinar efectos especiales de punta con algunos de los mayores avances en el campo y por mostrar a los dinosaurios como seres vivos que respiran en vez de monstruos de película Clase B. Eran criaturas rápidas, inteligentes y peligrosas.

Pero por sobre todo, le mostraron al público lo que la ciencia estaba aprendiendo sobre los dinosaurios en aquel entonces. Desde entonces, muchas cosas que eran tan sólo imaginación especulativa dentro del mundo de “Parque jurásico” con base a teorías por entonces en boga fueron confirmadas, incluyendo los patrones de formación de grupos del Gallimimus y la capacidad de los dinosaurios de cazar por la noche.

Sin embargo, en muchos otros aspectos, la ciencia fue más allá de la película dirigida por Steven Spielberg y dio una imagen mucho más detallada de cómo era realmente la vida en la prehistoria.

A continuación les dejamos algunas de las cosas aprendidas por la ciencia desde que Spielberg abrió por primera vez las puertas del “Parque jurásico”.

Plumas

Uno de los mayores cambios en lo que los científicos saben sobre los dinosaurios hoy en relación a 1993 (que los dinosaurios tenían plumas) es algo que aún no se afirma en la percepción popular, en parte debido a “Parque jurásico”. Y no hablamos de un pequeño grupo de plumas en forma de corte mohicano o el mechón extraño de protoplumas.

Como detalla el sitio nature.com, ahora los científicos creen que algunos dinosaurios estaban cubiertos de pies a cabeza por plumajes extravagantes, cerdas, filamentos o pelusa, que los habrían ayudado en muchos aspectos: rituales de apareamiento, la regulación de la temperatura corporal e incluso, en algunos casos, a volar.

La primera evidencia fósil de dinosaurios emplumados fue descubierta tres años después de que “Parque jurásico” llegara a la pantalla grande, en 1996. Desde entonces, los paleontólogos hicieron grandes avances en la comprensión del posible aspecto de los dinosaurios.

Para ser generoso, esa imagen está muy lejos de las bestias elegantes, correosas y reptiles de las películas de Spielberg. Incluso el tiranosaurio rex, según afirma el escritor de ciencia Brian Switek (en io9.com), era un “carnívoro enorme y peludo”, y en un video accesible en el sitio Smithsonianmag.com, el legendario paleontólogo Robery Bakker describe al velociraptor como similar a un “pavo prehistórico asesino con técnicas de kickboking”.

Tamaños

Spielberg se tomó unas cuantas libertades a la hora de definir los tamaños de los dinosaurios. Por ejemplo, los velociraptors quedan el doble de grandes de lo que eran en realidad, más parecidos a su pariente, el deinonychus.

En la vida real, los velociraptors tenían más o menos el tamaño de una gallina grande, con sólo medio metro de altura. En otras palabras, no eran un gran amenaza, excepto quizás para niños pequeños y mascotas. Por otro lado, el dilophosaurus de la primera película de “Parque jurásico”, con su membrana y capacidad para escupir (inexistentes en la vida real), fue retratado mucho más pequeño. El dilophosaurus era uno de los mayores predadores del período Jurásico, alcanzaba cerca de siete metros de largo y pesaba 350 kilos.

Uno al que Spielberg no podía saber que estaba retratando mal, sin embargo, era el tiranosaurio Rex. Si bien su altura y su largo están bastante correctos en la película, hallazgos recientes sugieren que su tamaño en términos de masa fue terriblemente subestimado. Según un estudio publicado en 2011 en la revista académica PLOS ONE, usando escáneres laser tridimensionales, un equipo internacional de científicos determinó que el T. Rex tenía cerca de 30% más masa —o sea, era más gordo— de lo que se estimaba anteriormente. Para poder sostener ese peso extra, el T. Rex tendría que haber comido mucho más.

Inteligencia

En la saga de “Parque jurásico”, los velociraptors son los Hannibal Lecter del mundo de los dinosaurios: criaturas astutas que cazan en grupo y son capaces de ser más listos incluso que el guardabosque profesional del parque, Robert Muldoon. Si bien es cierto que eran un poco más inteligentes que el dinosaurio promedio, los velociraptors no eran los más listos de la historia, por lo menos no según el tamaño de su cerebro, y tampoco como dice Alan Grant (Sam Neill) en “Parque jurásico 3”, más inteligentes que los delfines, las ballenas y los primates. De hecho, es improbable que alcanzaran la inteligencia de la mayoría de las aves modernas. En cuanto a la caza en grupo —una teoría popular cuando Michael Crichton escribió “Parque jurásico”— todavía se debate si cualquiera de los miembros del grupo (velociraptors, deinonychus, utahraptors, etc.) alguna vez cazó de esta forma, a pesar de las evidencias, según el sitio theguardian.com, de que eran animales sociales durante al menos parte de su vida.

La velocidad y los sentidos del T. rex

Una de las escenas más memorables de “Parque jurásico” es por lo lejos la persecución del Jeep.

Este retrato del tiranosaurio como un predador ágil y rápido capaz de mantener el ritmo de un auto en carrera estaba lo más lejos posible de los lagartos lentos y torpes que aparecían en películas anteriores de Hollywood sobre dinosaurios. Pero la pregunta de qué tan rápido podía correr un T. Rex – o si en realidad, más que correr tan sólo podía caminar muy, pero muy rápido— es debatida hace años. Algunos paleontólogos sostienen que el T. Rex podía llegar a una velocidad máxima de más de 72 kilómetros por hora.

Sin embargo, hoy en día el consenso general, basado en varios factores, como la biomecánica y simulaciones por computadora, es de unos respetables 16 a 40 km/h, según i09.com. A menos que seas Usain Bolt, sigue siendo suficiente para causar pánico. Como si eso no bastara para causar pesadillas, la ciencia sugiere que el T. Rex era un cazador mucho más adepto y despiadado que incluso el que aparece en las películas de Spielberg. No sólo su vista no era tan mala como en “Parque jurásico” (“Si no nos movemos no nos puede ver”), sino también hay evidencias, según gizmodo.com, de que de hecho podría haber sido mejor que la de los halcones y las águilas actuales.

Además, los bulbos y nervios olfatorios de gran tamaño en relación al tamaño de su cerebro también señalan que puede que su sentido del olfato fuera tan bueno como el de un zopilote. Con esas cualidades y la que según estimaciones es la mordida más poderosa en la historia de los predadores terrestres, con una fuerza de presión de cerca de 5.900 kilos (a modo de referencia, ni un gran tiburón blanco ni un tigre tienen una fuerza de mordida de más de 318 kilos), probablemente eso de la velocidad ni siquiera importara.