“Desde un principio he trabajado el tema de la mujer, me encanta porque tenemos un enigma, un misterio, una malicia”, mencionó Eddy Galvis, pintora colombiana que se encuentra de visita en el país para mostrar su más reciente serie de obras, titulada “El signo del rostro”.
Esta creadora es apasionada de las expresiones y la sensualidad femenina y explora en los rostros de las mujeres, en los cuellos altos y fuertes.
“Me gusta expresar la fuerza que tiene la pintura y me gusta decir mucho con el color, son formas contundentes, casi sublimes que no tienen contacto con otras cosas, sino son ellas, ocupando toda la atención”, expresó Galvis.
“Una de las cosas que me impresiona de la gente son sus rostros, yo voy por la calle, por ejemplo, y veo un rostro que llama la atención, le pido permiso y le tomo la foto cuando es un rostro con la fuerza de la expresión”, manifestó la artista.
En su exhibición que, se encuentra en el salón Camilo Minero de la Cancillería salvadoreña, hay 12 piezas al óleo de gran formato. Ahí se plasman rostros, piernas que quieren ser admiradas y matices de colores.
Pero lo que más predomina en la muestra son los rostros de mujeres con grandes ojos y cuellos gruesos que aluden a estados de ánimo y a todas las luchas de mujer en la sociedad.
“Con mi pintura quiero contribuir para que nuestros dos países, con una idiosincracia tan similar, nos unamos cada vez más”, comentó Galvis.
A propósito de su exposición, Julio Riaño, embajador de Colombia mencionó en la inauguración que la pintura de Galvis se concentra en torsos y cabezas, con ecos de Picasso.
Carrera artística
Eddy Galvis estudió Historia del Arte en la Academia Central de Bellas Artes de Caracas; dibujo y pintura con David Manzur; dibujo, pintura y escultura con Augusto Ardila.
Ha realizado más de dieciocho exposiciones colectivas y ocho individuales, su obra ha sido exhibida en Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cartagena y Pamplona y, a escala internacional, en Miami, Los Ángeles y Barcelona.
“Yo pinto desde muy niña, siempre me gustó, pero no pude desarrollarme en las bellas artes desde pequeña, sino hasta que tenía 20 años. Yo nací en una ciudad pequeña de Colombia y entonces, para mis padres, ser pintora no era muy bien visto, me decían que no. Más adulta empecé a estudiar y seguí con la persistencia y con la constancia para poder alcanzar lo que quería”, detalló la artistas al recordar sus inicios.
“Esa oportunidad la agradezco, la verdad estoy muy feliz de representar a mi país en El Salvador”, añadió