¿Adelgazar sin esfuerzo? Cuidado con lo que ingiere

Los llamados productos "milagrosos" ofrecen resultados en poco tiempo

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elsalvador.com

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2014-09-01 8:00:00

Las dietas exprés, las que prometen hacer perder peso rápidamente y sin esfuerzo, suelen ir acompañadas de productos de refuerzo cuya eficacia, calidad y seguridad está en entredicho. Ante la duda, es preferible no consumir los llamados “productos milagro”.

La delgadez es el canon estético estrella de la sociedad actual, y por eso muchas personas recurren a dietas y productos “mágicos” que eliminan kilos en un tiempo récord.

Pero los expertos advierten de que esta pérdida casi siempre es temporal y suele ir seguida de la recuperación inmediata del peso perdido, algo que no ocurre si se practica una dieta equilibrada y controlada que, aunque sea más lenta, evita riesgos para la salud. Al respecto, la licenciada Guadalupe Argueta, del centro de Nutrición NW, detalla que “muchos llegan a tener reducciones bien grandes pero a base de una mala nutrición porque no consumen muchas vitaminas y minerales, y el cuerpo no tiene suficiente energía”.

Muchos de los llamados “productos milagro” tienen el objetivo de reforzar la dieta de adelgazamiento para conseguir un mayor efecto. Pero hay que tener en cuenta los posibles efectos secundarios.

“No podemos saber cuándo es bueno y cuándo nos perjudica, por eso recomiendo no tomar ningún tipo de producto. Para el control de peso lo mejor es una dieta equilibrada y ejercicio. ¿Para qué vamos a complicarnos tomando algo que no sabemos cómo puede repercutir en nuestra salud?”, indica Elena Rodríguez, profesora de los departamentos de Química Analítica y Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.

Por su parte Argueta explica que “hay productos que dicen que quitan el apetito, pero van acompañadas de dietas de bajo contenido calórico, algunas de hasta menos de 800 calorías al día. Así al final, más que el producto es la restricción de energía a la que se somete la persona la que hace el efecto. A mediano plazo puede ocurrir un rebote cuando la persona vuelve a comer de manera normal”.

¿Cómo reconocerlos?

La profesora Rodríguez se ha dedicado a estudiar el fenómeno de los productos “adelgazantes” y ofrece las claves para detectarlos:

Suelen aparecer en épocas concretas del año (antes del verano, después de Navidad…) con campañas publicitarias muy agresivas y de duración corta con ofertas muy atractivas como “pierda peso sin dejar de comer”, “contiene una sustancia devora grasa”, “pierda peso mientras duerme”, etc.

Para promocionarlos utilizan personajes famosos así como supuestos profesionales sanitarios que explican el producto y a personas que aseguran haberlo probado.

En la publicidad, a veces, aparecen imágenes de antes y después, que son imposibles de comparar por el tamaño y calidad de las fotografías, vestimenta y postura de la persona, etc.

En estos productos se suele aclarar que no causan efectos secundarios porque son “totalmente naturales”. Sin embargo, hay que tener en cuenta que aunque sean naturales, pueden tener efectos secundarios, como por ejemplo alergias.

También ofrecen grandes pérdidas de peso en poco tiempo y sin esfuerzo, además de que se comercializan en diferentes lugares, incluidos establecimientos sanitarios como las farmacias.

Por otro lado, suelen tener un precio bastante elevado. Y en muchos casos la empresa que comercializa el producto no identifica el domicilio mercantil, o solo proporciona un apartado de correos o número de teléfono, dificultándose así el proceso de un posible reclamo por parte del consumidor.

Así actúan

Para adelgazar rápido estos productos contienen ingredientes, principalmente, con una acción diurética o laxante pero también otros que estimulan el sistema nervioso.

Diuréticos: Producen una rápida pérdida de líquidos, lo que se traduce en una disminución del peso corporal.

“Es preferible perder peso porque perdemos grasa, y no porque perdemos líquido. Si hay un problema de retención de líquidos a nivel renal, un diurético ayuda a eliminar pero no para perder peso, porque solo elimina líquido. No se puede abusar de los diuréticos porque se pierden minerales, como potasio y puede afectar al corazón”, explica Rodríguez.

Laxantes: Aunque son útiles en algunos casos de estreñimiento, este problema también se puede resolver con cambios en la alimentación, incremento en el consumo de líquido y actividad física. Además, resolver un problema de estreñimiento no supone adelgazar. Un uso abusivo de laxantes fuertes puede provocar parálisis intestinal, pancreatitis o hemorroides, entre otros problemas.

Fibras: Se emplean para aumentar la sensación de saciedad y comer menos, ya que las fibras solubles tienen la capacidad de captar agua y formar geles solubles que retrasan la velocidad del vaciado gástrico. Por otra parte, las fibras insolubles aumentan el volumen de las heces, lo que evita el estreñimiento.

Rodríguez explica que no se debe ingerir una cantidad excesiva de fibra (se recomiendan de 20 a 30 gramos al día), ya que su abuso puede producir distensión abdominal, flatulencia, diarrea, cólicos y puede llegar a disminuir la absorción de algunos minerales (como el calcio, magnesio o hierro).

Estimulantes del sistema nervioso central: La estimulación del sistema nervioso central produce un aumento del gasto energético y, por tanto, pérdida de peso. Al estimular el sistema nervioso, el uso abusivo de estos ingredientes puede causar alteraciones del ritmo cardíaco, nerviosismo, irritabilidad, insomnio, etc.

Argueta además advierte que el uso de estos productos llegaría a provocar una anemia por falta de hierro y complejo B debido a la alimentación deficiente; una gastritis por falta de alimentos, ya que el estómago sigue segregando ácido clorhídrico y todos los ácidos que sirven para la digestión y el metabolismo, y a este no llega mucho alimento. Puede haber gastritis o hasta úlcera hemorrágica. —AGENCIAS/EDH