La aventura de convertirse en familia

La adopción es un proceso al que muchas personas recurren al verse en la dificultad de procrear, saber sobrellevar la situación será beneficioso para el futuro del niño

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elsalvador.com

Por Texto: Diandra Mejía Fotografía: EDH

2014-08-03 8:00:00

A menudo se piensa que las familias se crean cuando una mujer da a luz a una niña o niño y que desde ese momento inicia una nueva etapa en la vida de una pareja, pero la adopción es otra opción que permite a las personas convertirse en padres para brindar su amor y bienestar a los infantes que lo necesitan.

Adoptar a un niño generalmente implica tiempo y esfuerzo. Algunas personas esperan años para acoger en su hogar a un bebé y para poder guiarlo desde sus primeros pasos, pero esta situación tiene sus implicaciones y hay que saber sobrellevarla, para que tanto los futuros padres como los niños se sientan cómodos y sin presiones de ningún tipo.

Según Carlos Benavides, psicólogo y terapeuta de familia, “adoptar a un niño no es lo mismo que ir de compras (…) No es cuestión de escoger el que más le gusta y llevárselo a casa. La adopción es un proceso legal, mediante el cual una persona llega a ser un miembro legal de una familia diferente a aquella en que nació”.

La razón más frecuente por la que muchas parejas deciden adoptar a una niña o niño es la frustración que les produce el no poder concebir. Hay quienes que han luchado por la fertilidad, pero al no conseguirla la adopción es la solución para formar una familia.

Para adoptar a un infante se requiere de todos los procedimientos legales de cada país y lugar, así como de una ayuda y guía psicológica para la pareja y para el niño o niña.

Este proceso es largo y hay que asumir una realidad desde el principio: que son una “familia adoptiva”. El niño debe ser aceptado tal y como es, y todo lo que reciba modificará su realidad y su desarrollo como individuo.

Benavides explica que son los psiquiatras de niños y adolescentes que aconsejan que sean los padres los que le informen al niño acerca de su acogimiento. “Los especialistas recomiendan que si se toma la decisión de adoptar se le debe de informar al niño cuando es pequeño”, indicó el terapeuta familiar.

Platicar con los niños a una edad temprana les da la oportunidad de aceptar la idea de una manera idónea y de boca de sus padres, ya que si se enteran por terceras personas pueden provocar falta de confianza y verán la adopción de una manera vergonzosa.

El psicólogo detalló que siempre hay miedos a la hora de decidir contar la verdad y que este relato debe ser acorde a la situación familiar, lo más sincero posible y lleno de compresión. También recomienda que un profesional lleve el seguimiento y que la familia completa reciba terapias para adaptarse a esta nueva etapa de sus vidas.

Adopción de un adolescente

En un artículo publicado en la revista Adopción y Familia, la psiquiatra Verónica Siredey comentó que la etapa más difícil para una adopción es la adolescencia, porque hay una gran complejidad emocional.

“Si la adopción se da en la adolescencia, los futuros padres deben entender el pasado que aqueja al joven: situaciones de abandono, maltrato, cambios físicos y experiencias familiares difíciles”, explicó Siredey.

La psiquiatra expresó también que es fundamental acompañar y escuchar para acercarse al sufrimiento, conectar con las áreas de dificultad del hijo y ofrecerle una respuesta sensible. Esta actitud que parece aportar poco, en realidad es de gran ayuda.

“El hijo adoptado vive un sentimiento profundo de soledad por lo que le sucede, con pocas posibilidades y muchas a la vez. Cuando los padres son capaces de conectarse con esto, detectan pequeños problemas que se pueden resolver tempranamente, percibiendo sus zonas sensibles y poniendo en marcha recursos útiles para conciliar con la difícil experiencia del abandono”, añadió Siredey.

Por su parte, el psicólogo Benavides opina que el acogimiento de un adolescente es poco frecuente y requiere de un soporte profesional, tanto para la nueva la familia como al chico o chica, por la complejidad que puede devenir de la situación, sumada a la especial etapa de crisis que supone la adolescencia: el convertirse en un individuo independiente.

Lo más recomendable en todos los casos es buscar ayuda jurídica y psicológica, todos los procesos de adopción necesitan de este seguimiento para que sea exitoso y de beneficio para los nuevos padres y los infantes.

La acogida de un nuevo miembro es un acto de amor, no hay que ocultar la verdad. Cuándo y cómo decírselo dependerá del grado de entendimiento.

Marco legal

Según la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y que orienta las labores del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), “todos los niños tienen derecho a crecer en un entorno familiar, y en la medida de lo posible, a conocer a sus familias y a ser criados por ellas”.

Debido a ello, así como a la importancia y al valor que tiene la familia en la vida de los niños, las familias que necesiten ayuda para poder criar a sus hijos, según las leyes internacionales, tienen derecho a recibirla. Solo cuando, a pesar de contar con ayuda, la familia no puede o no quiere criar al niño o la niña se deben buscar soluciones adecuadas y basadas en la integración del niño a una familia estable.

La entidad internacional apoya las adopciones tanto en territorio nacional como las que se hacen de manera internacional de conformidad con las normas y principios del Convenio de La Haya, de 1993, que ha sido ratificado por más de 80 países.

En El Salvador el proceso de adopción se realiza según la Constitución de la República y por lo establecido por la Procuraduría de los Derechos Humanos, pueden adoptar parejas o solicitantes individuales, la edad con relación al niño o niña solicitado dependerá de la edad del solicitante.

Solicitantes entre 25 y 35 años pueden acoger a infantes de 0 a 3 años ; solicitantes entre 36 y 45 años puede adoptar pequeños de 3 a 5 años; solicitantes de 46 a 55 años podrán acoger a niños de 6 años en adelante.

De acuerdo con la legislación salvadoreña se da prioridad de adopción a los matrimonios en beneficio del desarrollo de los niños. Todos aquellos que quieran adoptar tendrán que seguir todos los requisitos establecidos por los marcos legales nacionales e internacionales para beneficio de los futuros miembros de la familia. No olvide que el seguimiento psicológico es de mucha importancia.