¿Deberían sus cuentas online morir con usted?

Expertos dicen que la familia debería tener acceso a dicha información, a menos que se especifique lo contrario en un testamento

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2014-07-18 8:00:00

¿Deberían sus emails, sus páginas web y sus cuentas de Internet morir cuando usted muera? ¿O debería heredarlas algún familiar de la misma manera que hereda una casa o un caja de cartas?

Un prestigioso grupo de abogados dijo que las familias deberían tener acceso inmediato a toda la información en línea del fallecido, a menos que se especificara lo contrario en el testamento. El grupo está presionando a los legisladores estatales para que aprueben una ley que permita a los seres queridos de los norteamericanos no quedar excluidos de sus familiares muertos, en un mundo que cada vez vive más en Internet.

“En este tiempo, nuestras cuentas de correo electrónico son como eran nuestros archivadores antes”, apuntó Suzanne Brown Walsh, una abogada de Cummings y Lockwood y líder de esta propuesta. Pero “si usted necesita acceder a una cuenta de correo electrónico, en la mayor parte de los Estados (EE. UU.) no podrá hacerlo”.

La Comisión de Derecho Uniforme, cuyos miembros son nombrados por los gobiernos de los estados para ayudar a estandarizar las leyes estatales, aprobó recientemente el plan de “activos digitales”. Gracias a él, los seres queridos tendrían acceso, salvo que el testamento dijese lo contrario, a las cuentas digitales del difunto, pero no control sobre ellas.

Para convertirse en ley, el plan tendría que ser aprobado por la legislatura de cada estado. Supondría un triunfo para los “términos de servicio”, los acuerdos por parte de empresas de alta tecnología que prohiben a la gente acceder a una cuenta que no es suya.

“Esto es algo que la mayoría de la gente no se para a pensar hasta que se enfrenta a ello. No tienen ni idea de lo que está a punto de perderse”, expresó Karen Williams, de Beaverton, Oregon, que demandó a Facebook para acceder al perfil de su hijo Loren, de 22 años, después que se matara en un accidente de moto de 2005.

Los datos

Facebook y otras empresas de alta tecnología se han mostrado reacias a entregar los datos privados de sus clientes, y muchas personas dicen que no quieren que sus familias tengan acceso sin restricciones a su vida en Internet. Pero cuando se enfrentan a la muerte, las familias alegan que necesitan acceso para arreglar detalles financieros o simplemente por razones sentimentales.

Es más, ciertas cuentas en línea pueden valer dinero real, como un blog de cocina popular o el avatar de un juego que haya adquirido cierto estatus en la red. Pero los activistas a favor de la privacidad se muestran escépticos ante la propuesta.

Ginger McCall, directora asociada del Electronic Privacy Information Center en Washington, dijo que debería ser obligatoria la aprobación de un juez para tener acceso, tanto para proteger la privacidad de los propietarios de las cuentas como la de personas que se comunican con ellos.

“El mundo digital es un mundo diferente” al real, aclaró McCall. “Nadie podría mantener bajo su cama, lo que ahora suponen, 10 años de comunicaciones mantenidas con decenas o incluso cientos de personas”.

Muchas personas creen que pueden decidir lo que ocurre al compartir ciertas contraseñas con un miembro de su familia, incluso que podrían dejar esas contraseñas en su testamento. Pero además de exponer potencialmente contraseñas, cuando un testamento se convierte en registro público, las leyes contra la piratería y los términos de los acuerdos de servicio lo prohiben.

Varios proveedores de tecnología han llegado a sus propias soluciones. Facebook, por ejemplo, “honrará la memoria” de las cuentas al permitir que los amigos ya confirmados puedan continuar viendo las fotos y los mensajes antiguos. Google, que lleva Gmail, YouTube y Picasa Web Albums, ofrece su propia versión: Si la gente no inicia la sesión después de un tiempo, sus cuentas pueden ser borrados o compartidas con una persona designada. Los usuarios de Yahoo están de acuerdo al registrarse en que sus cuentas morirán con ellos.

Pero los tribunales no están convencidos que una compañía que suministra tecnología deba llegar a decidir lo que ocurre con los activos digitales de una persona.

En 2005, un juez de pruebas de Michigan obligó a Yahoo a entregar los mensajes de correo electrónico de un marino muerto en Iraq después de que sus padres argumentaron que a su hijo le hubiera gustado compartirlos. Del mismo modo, un tribunal concedió finalmente a Williams, la madre de Oregon, el acceso a la cuenta de Facebook de su hijo, aunque ella dice que las comunicaciones parecen estar reescritas.

Williams expresó que es partidaria de que la gente decida en sus testamentos si las cuentas deben pasar o no a los miembros de la familia. “Podría entender que algunas personas no quieren compartir todo”, aseguró en una entrevista telefónica esta semana.

“Para nosotros, la inesperada pérdida de nuestro hijo, hizo que cualquier cosa que tocara se volviera muy valiosa”. Y “si todavía estuviéramos en la era de guardar una caja de zapatos llena de cartas, esa caja formaría parte de su herencia y a nadie le hubiera preocupado el asunto”. —AP