Los elefantes están en grave riesgo en ??frica

Más de 20.000 elefantes fueron asesinados en 2013 en ??frica por criminales que buscan robarles los colmillos

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elsalvador.com

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2014-06-13 8:00:00

Las organizaciones criminales transnacionales están cada vez más involucradas en la caza furtiva de elefantes, con el fin de arrancarles los colmillos para su venta, y han puesto en grave riesgo la supervivencia de esta especie en regiones enteras de África, dijeron ayer expertos.

El organismo internacional que vela por la protección de la fauna y la flora a nivel mundial, reveló que más de 20,000 elefantes fueron asesinados en 2013 en África, lo que supone que este delito se mantiene a niveles alarmantemente altos.

Sin embargo, esa cifra es menor que el pico alcanzado en 2011, cuando los ejemplares diezmados fueron más de 25,000 y más de 22,000 en 2012.

“La población de elefantes está disminuyendo en toda África y en la región central del continente en particular. La situación es crítica en la República Centroafricana, que ha perdido el 60 por ciento de elefantes y, si esto continúa así, en diez años no quedarán más”, dijo el científico Tom de Meulenaer.

Meulenaer, del organismo que vigila la aplicación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Flora y Fauna (CITES), añadió que en África occidental solo queda el 2 por ciento de elefantes y que esta especie puede considerase extinta en Senegal, Somalia y Sudán.

El 40 por ciento del medio millón de elefantes del continente vive en Sudáfrica.

Pese a las acciones internacionales para combatir el tráfico de marfil, el apetito por esta materia sigue aumentando. En las últimas décadas, el interés de los mercados por el marfil ha variado notablemente y si los europeos fueron sus primeros consumidores, luego lo fueron los norteamericanos, después los japoneses, y ahora los chinos y tailandeses, principalmente.

El secretario general de la CITES, John Scalon, declinó precisar -para no generar más avidez en las mafias- a cuánto se vende el kilogramo de marfil en el mercado negro, pero reconoció que su precio se eleva a “varios miles de dólares”.

La demanda -explicó- se basa en dos tipos de consumidores: los individuos a los que es más fácil sensibilizar contra este comercio ilegal; pero de manera más importante, los especuladores, que apuestan por la extinción de la especie y por el valor que alcanzará el marfil en esa circunstancia.

Un actor relativamente nuevo en la matanza de elefantes son las milicias armadas que operan en África, las que buscan financiarse a través de la venta del marfil o intercambiarlo con otras ramas criminales por armamento, municiones o combustible.

Scalon consideró, no obstante, que no todas son malas noticias en relación con la conservación de los elefantes, al subrayar que hay esfuerzos a nivel mundial para que este problema reciba la atención política que merece y para tomar acciones en el terreno.

—EFE