Amnesia en los jóvenes chinos 25 años después de Tiananmen

Cada 4 de junio se recuerda la matanza del Movimiento Prodemocrático de 1989

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elsalvador.com

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2014-06-03 7:00:00

Hoy se recuerda la masacre en la Plaza Tiananmen, cuando hace 25 años los tanques del ejército comunista entraron en las calles de Pekín para desalojar a los miles de manifestantes. Así acabaron con las protestas pacíficas que desde mediados de abril de 1989 llevaban a cabo miles de estudiantes, obreros e intelectuales, y las cuales se habían extendido a muchas otras ciudades chinas.

Pero, según un artículo del periódico El País, ahora la mayoría de jóvenes chinos ignora sobre las protestas y muchos que han oído sobre ellas desconocen las luchas internas en el Partido Comunista Chino (PCCH) que desencadenaron el fatal desenlace. Este episodio es obviado en los libros de texto, está vetado en Internet, y sus referencias en las redes sociales son borradas rápidamente por los censores, aunque internautas intentan saltarse los filtros con términos como 35 de mayo.

“El Gobierno no quiere que los chinos más jóvenes sepan y hagan preguntas sobre la primavera democrática de Pekín, la represión y la matanza. Quiere que todo el mundo olvide la búsqueda de democracia y libertad de los jóvenes estudiantes en 1989, para perpetuar para siempre el gobierno del partido único”, explica a El País Jean-Pierre Cabestan, director del departamento de Estudios sobre el Gobierno y Estudios Internacionales en la Universidad Baptista de Hong Kong.

Además sostiene que el Gobierno asegura que el progreso económico de China en las dos últimas décadas prueba que la decisión de suprimir las movilizaciones fue correcta y ha sido una garantía de estabilidad, y que hace tiempo que el partido y el Gobierno llegaron a una conclusión sobre “los sucesos en China a finales de los 80 y los disturbios políticos”.

Ciertamente, la sociedad china es mucho más próspera que hace 25 años, y la gente tiene más libertades. El Partido Comunista entregó desarrollo a cambio de que la población se olvide de la política. “La mayoría los nacidos después de 1980 no saben prácticamente nada sobre el movimiento democrático de 1989, ni muestran ningún interés. Entre estos, quienes saben algo ven 1989 como un evento distante, al que se sienten ajenos. En general, han sido educados en un sistema impregnado de propaganda nacionalista para ser apolíticos y centrarse en progresar económicamente. El control político, la censura de los medios de comunicación, el rápido crecimiento económico -el producto interior bruto (PIB) se ha multiplicado por 30 desde 1990- y la mejora del nivel de vida de la población han minimizado las demandas de democracia”, detalla el periódico español.

Con la llegada de Xi Jinping a la presidencia China en 2013, el Gobierno endureció su posición con los disidentes. Ha detenido a activistas, ha perseguido a los críticos en Internet y ha reforzado el control sobre los periodistas. Además, lleva una campaña contra la corrupción y la contaminación, con importantes reformas económicas para impulsar un desarrollo más sostenible, pero no muestra intención de hacer reformas políticas ni de aflojar el control del partido.

“El movimiento prodemocrático no ha muerto nunca en China. (…) Pero ha cambiado y ha madurado mucho en los últimos 25 años. Los activistas saben ahora mejor que enfrentarse de forma directa al Partido Comunista es contraproducente. Tienden a concentrarse en estrategias indirectas, propuestas suaves, como la Carta 08, y el activismo social, incluido en el campo de las disputas laborales. Al mismo tiempo, Taiwán se ha convertido en una experiencia democratizadora más atractiva y más conocida en China continental”, afirma Cabestan.

Hasta ahora, el Gobierno no pretende revisar la historia sobre Tiananmen. —EDH